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Los ‘indignados’ exigen que se oiga al ciudadano

Los manifestantes, que llevan frente al Ayuntamiento desde las 11:00, han abucheado al nuevo alcalde y al resto de la Corporación Municipal.

el 11 jun 2011 / 20:25 h.

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A los concejales que ayer tuvieron que entrar en el Ayuntamiento mientras los indignados del movimiento 15-M les abucheaban nadie les pudo ahorrar el mal trago. Se transparentaba en Juan Ignacio Zoido cuando atravesó la puerta principal del Ayuntamiento, con el gesto torcido a pesar de estar a punto de tomar posesión como alcalde y de ir escoltado por el presidente de su partido, Mariano Rajoy, y por el del PP andaluz, Javier Arenas. Hasta el punto de que un miembro de su equipo tuvo que hacerle una indicación para que se relajase y sonriera.


Varios cientos de personas, que llegaron a ser unas 2.000 en el momento de más afluencia, se congregaron ante el Consistorio para repetir a grito pelado "No hay pan pa' tanto chorizo", "Lo llaman democracia y no lo es" o "Que no, que no, que no nos representan", los gritos de guerra de quienes protestan por la lejanía entre los políticos y la gente. Al contrario que en la mayoría de las ciudades españolas en las que se han repetido estas concentraciones, en Sevilla no hubo ningún altercado. Policía y manifestantes soportaron estoicamente alguna provocación puntual que podría haber incendiado el día. A veces, la relación entre ambos fue hasta entrañable: hubo manifestantes que explicaron a los policías que también defendían sus derechos, y también un momento en el que los indignados rodearon el cordón policial, buscando huecos en las vallas de seguridad por los que entrar y cogiendo desprevenidos a los agentes, que tuvieron que correr para impedirlo.

Con coronas fúnebres en memoria de la democracia, caretas de Anonimous o pancartas con frases como "No robarás", los indignados hicieron un cordón en torno al Ayuntamiento para que nadie pudiera pasar sin que le mostraran su protesta, aunque no impidieron la entrada a nadie: los portadores de los megáfonos incluso pedían que se abrieran pasillos para dejar entrar. Los concejales, por su parte, llegaron espaciados para entrar sin llamar la atención. Aunque gritaron durante toda la toma de posesión, dentro no parecían oírlos: el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, consideró paradójico que se abucheara a los concejales "por parte de aquellos que creen tener más legitimidad de la que dan las urnas". Mariano Rajoy dijo entender que haya gente preocupada porque "la situación no es fácil, pero hay quien lo expresa en la calle y quien lo hace en las urnas".

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