Economía

Los márgenes de beneficio enfrentan al campo y los 'híper'

Varios informes encargados por el Ministerio de Elena Espinosa cuestionan los argumentos de los agricultores a la hora de cargar contra los márgenes de beneficio que obtienen las cadenas de distribución comercial por sus productos. Como conclusión, cada una de las etapas desde el campo hasta la estantería se lleva su porción de pastel.

el 16 sep 2009 / 01:14 h.

Varios informes encargados por el Ministerio de Elena Espinosa cuestionan los argumentos de los agricultores a la hora de cargar contra los márgenes de beneficio que obtienen las cadenas de distribución comercial por sus productos. Como conclusión, cada una de las etapas desde el campo hasta la estantería se lleva su porción de pastel.

Hace un par de meses, la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, dijo algo que los agricultores han preferido no escuchar. "No hay abusos en los márgenes comerciales, sólo distorsiones puntuales de precios". Hablaba de estudios que, elaborados por empresas especializadas por encargo de su departamento, estaban realizando un seguimiento del beneficio generado por los productos en las distintas etapas que discurren entre la salida del campo y su llegada a las estanterías de las tiendas. ¿Qué dicen esos estudios?

Pues que son muchas y variadas etapas, que a cada una de ellas le corresponde su margen de ganancias y que no deberían pagar justos por pecadores, siendo las cadenas de distribución las que, tradicionalmente, cargan con las culpas de todos. Al menos son las conclusiones de la casi docena de alimentos analizados hasta ahora.

CÍTRICOS

Para la cadena de valor de los cítricos, Espinosa contrató a la consultora Cap Gemini y el informe, confeccionado a partir de entrevistas a representantes del sector, acabado en diciembre pasado y con datos recopilados de la campaña 2007/2008, identifica siete agentes entre que la naranja sale del campo (no se incluyen las tareas de recolección) y su llegada, por fin, a la tienda, a saber: productor, corredor, central hortofrutícola, operador logístico, mayorista, de nuevo otro operador logístico y, por último, el establecimiento comercial.

Los autores del estudio, en este sentido, aseguran que radica en la producción "la etapa más sensible a las variables que afectan a los precios" debido, ante todo, a una "gran atomización" que, cuanto más palpable, más recorta sus poderes de negociación de precios. En cambio, agregan, en las facetas de comercialización en destino y venta, y especialmente en la distribución moderna (hace referencia a los supermercados e hipermercados, frente al modelo tradicional de la frutería de barrio), los volúmenes gestionados son mayores y los agentes que intervienen también, de ahí que sean "capaces de amortiguar" los fuertes vaivenes de valor de la naranja en cuestión.

¿Y qué es verdaderamente determinante en el empujón del precio final? En opinión de los técnicos, la demanda del consumidor, que tiende a apreciar la fruta por el aspecto visual y su presentación (que brille, en mallas rojas, etcétera), "genera una necesidad de grandes instalaciones para el tratamiento de las frutas en origen, impactando, pues, en el importe final". Todos los agentes que intervienen en la senda de esa naranja, por tanto, "añaden valor", y todos, pues, obtienen su porción de beneficio.

Pero a todo esto, ¿cuánto percibe el agricultor? Como promedio, tres de cada diez céntimos pagados en la tienda, siendo del 23-24% la horquilla concreta para la naranja, cuyo precio se cuadruplicaría entre el árbol y la estantería del comercio.

LECHE

A la consultora Prodescon se le encargó el informe sobre los productos lácteos, y fue confeccionado en el último cuatrimestre de 2008 sobre estadísticas oficiales y entrevistas a los agentes que intervienen en la producción, la industria y la comercialización.

No entra en consideraciones de si la leche está o no barata, pero de sus conclusiones se extrae que el precio abonado por el consumidor final duplica o casi triplica al que se paga al ganadero por las cuatro etapas que existen entre uno y otro: la logística de recogida (transporte, trazabilidad y control), la industrial (costes de fábrica, envases, embalajes y los de marketing), la logística de la distribución (hacia una plataforma o almacén intermedio) y la comercial (los gastos de la tienda en sí, incluidas las mermas).

En este contexto, se constata la complejidad del circuito de la leche líquida en el proceso de fabricación -desde la inicial separación hasta la refrigeración, pasando por la esterilización y el envasado-, así como los "importantes flujos de transporte". Así, si el ganadero percibe 0,365 euros por cada litro, con un beneficio neto del 5,4%, cuando sale de las industrias cotiza a 0,695 euros, pero aquí la ganancia neta se reduce al 1,4%. Al consumidor final le cobran 1,035 euros, aunque supermercados e hipermercados cosechan en limpio un 1,99%.

Otra forma de explicarlo. Del desembolso que realiza el cliente, el 37,91% son gastos de producción, un 29,89% corresponde a los contabilizados en la industria y el 28,35% atañe a los incurridos en la fase final de la comercialización, a pie de estantería. Y todo junto, con los beneficios que corresponde a cada parte, justificarían que la cotización se duplique o casi se triplique entre el campo y el carrito de la compra. Prodescon dixit.

FRESCOS

Tercer análisis, productos frescos, entre los que se han abordado las frutas, las hortalizas, los huevos, las patatas y las carnes. "Los incrementos que se dan en precios entre origen y lineal se deben, en gran medida, al coste de una logística que aporta valor al producto, con garantías de frescura, calidad y homogeneidad".

Así, el estudio, esta vez realizado por Cap Gemini Ernst & Young, señala, para las frutas y hortalizas frescas, que "presenta unos costes equilibrados entre producción, manipulación en origen y distribución, suponiendo cada una de las etapas un tercio, aproximadamente".

En esta configuración de los costes, el del producto en origen (mercados agrarios) "es muy variable, al verse afectado por diversos factores, tanto biológicos como climatológicos, siendo el origen de las oscilaciones en el precio final del producto". En el caso de los huevos frescos, el 77% del precio se edifica durante las fases de cría y puesta, mientras que el 23% restante aflora en la distribución. Y tanto en unas como en otros, agrega el informe, "los márgenes de la distribución comercial, descontados los costes logísticos y de tienda, están en torno al 3% del precio de venta al público".

Si indagamos en las carnes frescas, la consultora habla también de equilibrio, asignando a las cadenas de distribución una horquilla de ganancia de entre el 1% y el 4%, dependiendo del tipo de carne.

OVINO

Y último informe de los que obran en poder del Ministerio de Espinosa, esta vez referido al ganado ovino, y las conclusiones son similares a los anteriormente descritos. "Todos los agentes intervinientes en los procesos realizan una actividad que aporta valor añadido en la cadena, con un beneficio y un coste asociado a la actividad, coste que se ve afectado, y notablemente, por los requerimientos de calidad, seguridad y servicio".

En los precios -recalca el estudio-, a partir del cebado del cordero, "la pérdida de peso debida a actividades de transformación tiene alta repercusión en el volumen de animal aprovechado, afectando al precio por kilogramo obtenido en cada etapa". Eso sí, admite, los costes ganaderos son los que más repercuten en el precio final, dado el elevado importe que conllevan la cría, el engorde y la asistencia veterinaria...

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