Es una enfermedad silenciosa, de la que no se habla porque los propios afectados temen un despido en el trabajo o la incomprensión y el rechazo entre los amigos y la familia. Los tabúes sobre el virus del Sida siguen latentes desde su aparición hace 29 años, algo que sufren de forma callada los cerca de 4.000 portadores del VIH que reciben tratamiento en los hospitales sevillanos y también los que tienen el virus pero aún no lo saben porque no se han hecho la prueba. Dado que los casos directos de Sida son menores -48 personas en 2009, menos de una quinta parte de los casos de 1995, el año con más incidencia-, el problema actual es cómo frenar la infección del virus (VIH).
El miedo del qué dirán existe, pero no así del contagio. Los médicos sevillanos alertan de un "repunte de los casos de VIH en los cuatro últimos años". Sólo hay que ver el ejemplo del hospital Virgen del Rocío, donde se trata a más del 50% de los pacientes. Tuvo su techo de contagios en 1990, con 292 casos, algo que fue rebajando hasta 75 casos en el año 2001, en plena campaña sobre el uso del preservativo. Sólo en lo que va de año ya se ha sobrepasado esa cifra (88) en este centro, que en años anteriores ha estado por encima del centenar de contagios, sobre todo en 2009 con 138 nuevos casos, precisó el doctor Pompeyo Viciana, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Virgen del Rocío.
Pero no sólo pasa ahí. Esta tendencia es extrapolable a los otros dos centros sevillanos. El hospital Virgen Macarena detecta más de 70 casos por año y en Valme son más de 30. "Hay de 250 a 300 nuevos casos al año en Sevilla", calcula el doctor Gómez Mateos, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Valme.
¿Cuál es la razón del repunte? "Hay poca percepción del riesgo porque se piensa que por una vez que se haga sin protección no va a pasar nada...y pasa". El doctor Rodríguez Baños, jefe de sección de la unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital Macarena, apunta en esa dirección. La dejadez en el uso del condón en las relaciones sexuales de riesgo y el mensaje mal entendido de que el tratamiento actual frena la propagación del Sida en los portadores del VIH han provocado que se haya "bajado la guardia".
El peligro de contagio ya no está tanto en el consumo de drogas, que fue la causa principal en las primeras infecciones por VIH en los años 80 y 90. Si hace dos décadas el 73% de los casos se producían en heroinómanos, el porcentaje cae al 2% en la actualidad sólo en el Virgen del Rocío. Ese cambio de tendencia lleva a que la preocupación se dirija a las relaciones sexuales entre varones: del 9% en el año 1990 al 77% en 2010. También crece, aunque algo menos agresiva, los casos por sexo entre hombre y mujer: son un 17%.
Los médicos alzan la voz y no sin razón, puesto que el repunte se está dando en los últimos cuatro años en la población joven, de 15 a 25 años, que tendría que estar más informada, pero en cambio "está menos preocupada" por las consecuencias del contagio y suelen practicar sexo sin precaución. "Los chicos de 14 y 15 banalizan sobre el VIH y el Sida y tienen la idea de que es curable", argumenta Gómez Mateos.
Tal vez no les falta un poco de razón, porque quien logra tratarse a tiempo mantiene a raya la aparición del Sida. Tanto es así que las cifras de los nuevos casos con Sida en Andalucía en 2009 son las mismas que tuvo sólo Sevilla en 1997, con 175 afectados.
Sin embargo, no caen en la cuenta de que no sólo es sortear el Sida. Quien tiene VIH sufrirá un tratamiento de por vida, que, además, tiene los llamados efectos secundarios. El doctor Pompeyo apunta que los primeros que entraron en su consulta por VIH sufren cambios corporales (lipodistrofia) o pérdida de hueso que deriva en fracturas. "A los pacientes les va la vida en un tratamiento que, a diferencia de lo que cree la gente, no es tan fácil, porque con el consumo de antirretrovirales corren más riesgo de padecer infartos y problemas metabólicos", expone Rodríguez Baños. La pregunta que se formulan los médicos es que si los efectos se palpan en pacientes de 40 años, 15 en tratamiento, ¿qué ocurrirá cuando lleven diez años más de consumo de fármacos? A eso se suma que el virus muta con los años y desarrolla resistencias. Gómez Mateos indica que es tan complicado a veces que "llega un punto en que no sabes qué combinación ponerle para mejorar".
A eso suman la sostenibilidad del sistema sanitario. El coste por año del tratamiento que recibe un seropositivo se sitúa en los 9.000 euros. Sólo en Andalucía se han gastado 92,3 millones. Al ser una patología de por vida, la cifra no va a decrecer, sino que cada año irá en aumento. Por ello, abogan por la prevención -sobre todo con el uso del preservativo- y porque la población se haga la prueba del VIH para controlar la infección. Este último detalle servirá para descubrir al 25% de sevillanos con VIH que desconoce realmente que tienen este virus.
Uno de los sitios donde se realiza esta prueba es en la sala que tiene la asociación Adhara en el hospital Virgen del Rocío. Su presidenta, Reyes Palacios, incide en que el problema son los no diagnosticados. "El virus no te pica ni te duele, sólo lo tienes durante años hasta que se manifiesta", aclara, por lo que emplaza a todos los que hayan tenido una relación de riesgo a que se haga la prueba que, además, dura cinco minutos.
Palacios conoce de primera mano los miedos que padecen por el rechazo social. "Del portador con VIH no se compadece ni Dios", dice. Lamenta que el temor al qué dirán lleve a casos extremos, como tragarse esta patología y no hablarlo con sus padres o esposa; que renuncien a la ayuda por minusvalía para que no conozcan su enfermedad o que haya familiares que propongan pagar para que se borre en el certificado de fallecimiento que su hijo o padre ha muerto de Sida.
"Sufren el aislamiento, porque se ve el VIH como fruto de una conducta muy censurable, cuando no han hecho nada que no haya hecho el resto de la humanidad", añade Palacios, cuya asociación repartirá hoy información cerca del Ayuntamiento. En su anhelo de normalizar la vida de los seropositivos, echa en falta una figura "que entierre estos mitos". Alguien que tome el relevo del actor Rock Hudson, el primer personaje que hizo público que era seropositivo y que murió hace ya 25 años, un 2 de octubre de 1985.
