Una semana después de asaltar el Santiago Bernabéu y regresar a la zona Champions, el Sevilla tiene ante sí la posibilidad de dar un nuevo paso. El segundo y el tercer puesto están cerca, pero más aún estarán si gana hoy al equipo que más ha destacado en esta Liga después del Barcelona.
La última curva del paso por el denominado Tourmalet de la Liga llega hoy, y no es precisamente fácil. El Villarreal, segundo clasificado, se presenta en el Sánchez Pizjuán dispuesto a demostrar cuáles son sus aspiraciones. Lo hará sin Rossi y Nihat, dos de sus goleadores, pero con Llorente, otro killer, de vuelta tras un mes de baja a un equipo que sabe también lo que se juega.
El partido llega marcado por las últimas declaraciones del presidente del Sevilla. Si el pasado martes, ante los accionistas, José María del Nido pedía "remar todos en la misma dirección" porque "a veces" le da "vergüenza ver cómo se trata al equipo", el viernes, ante los Fieles de Nervión, llegó a calificar a los actuales como "los jugadores más grandes de la historia del club", por aquello de ser los que más títulos han conquistado, y reclamó el "apoyo incondicional" del sevillismo. Pero si los resultados no son los esperados, sus palabras servirán de poco; y quizá también si se gana y no se juega como la afición desea, porque ésta, diversa y de libre opinión, debería exigir en ese caso al equipo que juegue en consonancia con esos elogios.
Hoy, por tanto, jugarán los mejores contra los buenos. Y los buenos no son otros que los jugadores de Manuel Pellegrini, que tienen situado al Villarreal segundo en la Liga -pese a que sólo ganaron uno de sus cuatro últimos partidos- y esperan rival en octavos de la Champions. Basta ver su plantel para darse cuenta de su potencial. Y ojo, entre Villarreal y Sevilla hay viejas historias en el recuerdo, espinas que sacarse, y eso puede salir a relucir.
El Sevilla tiene una buena oportunidad de afianzarse entre los cuatro primeros. Para ser segundo, tras la victoria ayer del Valencia, tendría que ganar por cuatro goles de diferencia o más. Ganar, aunque sea por la mínima, le permitiría situarse tercero. Ha estado nueve jornadas fuera del objetivo, y aunque lo que cuenta es lo que pase al final, más valdría aprovechar las ocasiones.
La victoria del Bernabéu ha dejado en un segundo plano los tropiezos ante Valencia y Barcelona, y poca o ninguna excusa queda ya. Si se quiere que la temporada sea exitosa, hay que ganar encuentros como éste, ante un rival directo que va a poner a prueba el verdadero nivel del equipo. Y por tanto, hay que comenzar a poner fin a los errores.
Jiménez no podrá contar con el sancionado Fernando Navarro, pero recupera a uno de sus futbolistas más determinantes: Luis Fabiano. El brasileño estará en la punta de lanza junto a Kanouté, y entre ambos tratarán de hacer bueno el juego de un equipo donde, pese a la cita del jueves con la Sampdoria, no debe haber cambios sustanciales. Drago, recuperado de su lesión, será el lateral izquierdo, salvo que Jiménez opte por situar ahí al brasileño Adriano para dar entrada a Diego Capel. El gran damnificado hoy puede ser Renato. Su buen partido en Madrid, donde anotó el gol de la victoria, quizá no le sirva para ser titular, aunque es probable que lo sea en Italia. Pero eso, aunque también se tiene en mente, será otra historia.
