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Los mercados bursátiles respiran de nuevo

Después de un mes de vértigo en el que se han sucedido los anuncios de bancarrotas, quiebras y hundimientos bursátiles, ayer, por fin, los responsables de las principales instituciones financieras y políticas del mundo pudieron respirar algo más tranquilos.

el 15 sep 2009 / 16:42 h.

Después de un mes de vértigo en el que se han sucedido los anuncios de bancarrotas, quiebras y hundimientos bursátiles, ayer, por fin, los responsables de las principales instituciones financieras y políticas del mundo pudieron respirar algo más tranquilos. Las decisiones tomadas entre la noche del domingo y ayer lunes por Estados Unidos y por los países de la zona euro han revitalizado los mercados. En resumidas cuentas, los gobiernos de los estados occidentales han decidido avalar las operaciones que firmen sus entidades bancarias y, si es necesario, entrar en su capital para garantizar que éstos cumplirán con el pago de las deudas. De este modo, generan la confianza necesaria para que los bancos se presten dinero entre sí y, en consecuencia, éstos consiguen liquidez y pueden a su vez facilitarle dinero vía crédito a las empresas y a las familias para que la rueda de la economía siga girando. Hay dos aspectos que merecen un subrayado especial: 1) las bolsas sólo han respondido en positivo cuando han visto una acción decidida y conjunta de los principales estados occidentales, es decir, cuando han comprobado que las medidas adoptadas no son simples parches para apuntalar el mercado sino una operación de gran calado en la que se ponen sobre la mesa los millones de dólares y euros necesarios para evitar que se derrumbe el sistema, y 2) a estas alturas de la crisis, sólo los estados son capaces de ofrecer los avales necesarios para la recuperación de la confianza rota. Las supuestas bondades de la desregulación de los mercados financieros han saltado por los aires y ahora casi nadie duda de la necesidad de que en el futuro se establezcan nuevas reglas de control en el ámbito de las finanzas que eviten desaguisados de semejantes proporciones. Tal vez el ejemplo sea la propia España, cuyo sistema financiero sigue dando muestras de solidez a pesar del seísmo financiero que azota la economía mundial.

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