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Los Montecillos: vida de barrio

De los 6.000 habitantes de este barrio nazareno apenas hay 50 familias conflictivas y que desequilibran el esfuerzo del resto

el 17 oct 2009 / 16:44 h.

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  • El barrio de Los Montecillos lleva toda la semana despertándose con los furgones de la Policía Nacional aparcados en sus calles. Los ciudadanos observan los registros y las interrogaciones con el DNI en la mano por si acaso les toca.

    Personas como Salvador Fernández llegan a desesperarse, ya que después de 13 años en el barrio está viendo la evolución y las mejoras del entorno, y entiende que un suceso puntual -el ataque hace una semana de cuatro vecinos contra dos guardias civiles que terminaron en el hospital- podría desmoralizar a la gente que tanto está trabajando por el barrio.

    En Los Montecillos se lleva trabajando desde hace siete años de forma continua. Desde que se abrió la oficina del distrito Sur, destinada a reducir la marginalidad de este entorno, así como de Ciudad Blanca, Cerro Blanco e Ibarburu, los otros barrios de Dos Hermanas que todavía soportan este estigma. La coordinadora de la oficina, Mercedes Cordero, detalla los avances y que tan sólo quedan dos focos problemáticos: las calles Azofairón en Cerro Blanco y Meñaca en Los Montecillos.

    Precisamente esta última está situada frente al cuartel de la Guardia Civil donde ocurrieron los altercados el pasado sábado. De todas maneras, la coordinadora puntualiza: "No son todos los habitantes de Meñaca". De hecho, según sus cálculos, los puntos conflictos pueden ser unas 50 familias de un barrio de 6.000 habitantes.

    Un programa fundamental en el barrio lleva el significativo nombre de Esperanza. Es de inserción laboral y está dirigido a jóvenes de entre 16 y 18. Se encargan de limpiar los edificios, las pintadas o la basura de las calles, con el objetivo de que tomen el barrio como algo suyo. "Son ahora ellos quienes les dicen a los demás jóvenes que no ensucien o que no pinten las paredes", cuenta.

    Otra de las primeras intervenciones fue instalar una guardería pública para que las mujeres del barrio, con un alto porcentaje de población gitana, pudieran ir a cursos. El proyecto Per Siras (por ellas en caló), empezó a funcionar cuando, con el paso del tiempo, las gitanas se fueron fiando de que las payas cuidaran de sus bebés. Por participar en el programa reciben 400 euros, pero sólo cobran si sus hijos van al colegio. "Yo lo hago, porque no quiero que les pase lo mismo que a mí", comenta Macarena Cerco, que a sus 27 años aprendió a leer y a escribir y a organizar una casa con tres hijos ya en el mundo.

    Los Montecillos cuenta con dos institutos, el Gonzalo Nazareno y el Torre de los Herberos. El director de este último, Juan Miguel Rodríguez, comenta que lo que más se da es el absentismo escolar intermitente: de los 670 alumnos hay un máximo de cinco a los que los profesores no conocen. "Hay que verlos casos por casos, a veces tienen que trabajar con los padres, a veces están en la calle, otras veces viven unas situaciones familiares adversas, todo eso lo vamos hablando", cuenta.

    Los problemas como los que ocurrieron en el cuartel no son los peores del barrio, según la Policía Nacional. En los datos de la comisaría del último año figuran sólo este año 16 atestados, entre ellos tres robos con intimidación, tres robos con fuerza y un atraco. Del pasado mes de agosto figuran los dos únicos delitos de lesiones, hasta hace una semana: uno por una reyerta y otro por arma blanca. El pasado mes de enero figura el único tiroteo del que tiene conocimiento la Policía Nacional este año. Sí es un problema mayor el tráfico de drogas o los puntos de venta, más que las agresiones. La Policía Nacional lleva en lo que va de año cinco redadas con un total de 45 detenidos. La mayor de las redadas fue el pasado mes de febrero cuando se desarticuló un clan de 23 miembros.

    Pero en medio de esta situación, la mayoría de la gente del barrio hace vida normal e intenta mejorar el lugar donde vive.

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