Es que nadie trabaja por mi zona. Es que mis horarios son muy complicados. Es que me da apuro viajar con un desconocido. La variedad de excusas de los sevillanos para no usar un coche compartido es enorme y poco original. Todos ven bien que se fomente, pero pocos se suman.
El Ayuntamiento de Sevilla abrió ayer mismo un foro en su página web (www.sevilla.org) en el que anima a los ciudadanos a explicar cuál es su ruta para ir al trabajo o a estudiar, cuáles son sus horarios y la disponibilidad de vehículo que tienen, de forma que otros usuarios, vecinos suyos, puedan pactar con ellos rutas compartidas. El objetivo es que donde antes había dos, tres o cuatro coches con un único conductor ahora haya apenas un turismo. Resultado: menos contaminación, menos gasto, menos atascos, menos ruidos.
Fuentes municipales confirmaron que, en el día de estreno, seis usuarios se ofrecieron a hacer viajes conjuntos, aunque la tecnología también jugó una mala pasada y evitó más adhesiones (un "error informático" que hoy "quedará subsanado" impidió que se pudiera acceder al foro a través de la web).
La iniciativa, que se enmarca en la celebración de la Semana de la Movilidad que arrancó ayer y finaliza el día 22 con el Día sin Coches, cuenta con el apoyo anímico de los sevillanos, pero pocos son los que muestran la fuerza de voluntad suficiente como para comprometerse en serio.
Al menos eso es lo que se pulsa incluso en mitad de un atasco como el que ayer, como todos los días, se formó en la Avenida Juan Pablo II, junto a Tablada. Un ejemplo es Ana Isabel, sola al volante, que califica de "estupendo" el foro, pero que a la vez matiza que ella no podría usar esa modalidad de transporte, porque por "horarios y por zonas" no da con quién ir ni le es "operativo".
Daniel sonríe, dice que "eso de compartir coche está muy bien", pero a renglón seguido añade que "es muy difícil dar con gente de confianza con la que hacerlo". Arruga el gesto Manuel, que propone al alcalde de "mejore el transporte público" antes de lanzar propuestas como ésta. "Yo voy a mi trabajo en mi coche porque no me queda otra. Si no tengo otro medio público que me lleve, que nadie me diga que me planifique con otro", sostiene.
Al menos José Enrique, en su furgoneta, puede predicar con el ejemplo. Afirma que durante bastante tiempo ha compartido coche con sus compañeros de trabajo y que la experiencia es "muy positiva". "El coche se desgasta menos y ahorras gasolina. Además, haces amigos", añade.
