El comisionado para el Polígono Sur, Jesús Maeztu, reclamó ayer una solución "dispersa e individualizada" para las 35 familias que huyeron del barrio tras un tiroteo. Recordó que realojarlos en masa sólo serviría para crear un nuevo gueto de "chabolismo vertical", como ocurrió cuando llegaron a las Tres Mil procedentes de Los Bermejales.
Maeztu puso en palabras las líneas de actuación con las que ya trabajan la Junta y el Ayuntamiento para buscar una solución a las 300 personas que se han ido a vivir a un descampado. "Todos juntos en un mismo conjunto no es posible, todos los manuales de servicios sociales lo desaconsejan", recordó Maeztu, que insistió en que "así no se estructura la convivencia, sólo se conseguiría un chabolismo vertical".
El comisionado recordó que una vez fuera del Polígono Sur no es su competencia realojar a estas familias, entre las que hay un centenar de menores que, un mes y tres semanas después del éxodo, siguen sin escolarizar. Antes de su huida, 68 estaban en colegios del Polígono Sur. Por eso, las áreas de Bienestar Social de la Junta y el Ayuntamiento ya han creado un órgano coordinado con el Gobierno central para trabajar conjuntamente en el que también participa la Delegación de Educación, aunque aún no han adoptado ninguna medida.
"Hay que tomar una decisión que no sea que todos se vayan en masa a un lugar vulnerable, como se hizo al principio", dijo Maeztu en alusión a su llegada al Polígono Sur, donde recalaron en julio de 2004 tras cobrar del Consistorio por irse de sus chabolas. Aunque en el documento que acreditaba que habían recibido 42.000 euros por dejar sus chabolas se comprometían por escrito a no asentarse en un lugar con problemas sociales, todas se fueron a dos plazoletas del Polígono Sur y fue imposible abrir una brecha en su forma de vida y trabajar por su socialización, precisamente porque eran una comunidad demasiado extensa.
Maeztu pidió por tanto que no se repita el error permitiéndoles continuar juntas, sino que por el contrario se distribuya por distintas zonas de Sevilla a las familias que demuestren su voluntad de esforzarse para lograr su integración.
Además, añadió que estas familias no pueden volver a sus casas del Polígono Sur ya que están amenazadas de muerte. Los chabolistas huyeron de sus viviendas después de que algunos de ellos participaran en una pelea en la que una bala perdida mató a un joven que pasaba por al lado, y la familia del fallecido juró venganza. De hecho, el padre y tres tíos del joven fallecido fueron detenidos la semana pasada por disparar a la furgoneta de una de estas familias, y quedaron en libertad con cargos.
La Policía también detuvo en las chabolas a seis personas acusadas de participar en el tiroteo mortal, pero no dio la operación por cerrada y continúa tratando de localizar a más personas que participaron en la reyerta.
Acreditar la propiedad. La Junta ha abierto un plazo de 15 días, hasta el 4 de junio, para que los chabolistas huidos puedan demostrar la propiedad de los pisos que dejaron vacíos y fueron precintados. El Comisionado y personas cercanas a los chabolistas tienen claro que casi ninguno podrá hacerlo porque las casas se compraron de forma ilegal -estas VPO llevan tres décadas pasando de mano, a veces sólo con una patada en la puerta-. Aún así, y aunque por seguridad no podrían volver, se buscarían soluciones si hay quien demuestra haber accedido legalmente a su casa.
Técnicos del Comisionado visitaron las chabolas para explicar a las familias qué documentos necesitan, ya que muchos son analfabetos y es probable que no entiendan el oficio que les llegue. Las casas cuya propiedad no se demuestre revertirán en la Junta y se destinarán "a la gente del Polígono Sur", recordó Maeztu, ya que existe un listado de vecinos pendientes de que les adjudiquen viviendas sociales.
