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Manda lo políticamente correcto

El retrete en el que Santa Teresa decía retirarse a meditar se llama hoy aseo o WC, Franco convirtió a San José Obrero en Artesano y en las esquelas nunca hay muertes sino óbitos. El lenguaje políticamente correcto no es nuevo.

el 04 oct 2009 / 18:17 h.

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El retrete en el que Santa Teresa decía retirarse a meditar se llama hoy aseo o WC, Franco convirtió a San José Obrero en Artesano y en las esquelas nunca hay muertes sino óbitos. El lenguaje políticamente correcto no es nuevo. La "censura lingüística" funciona en todas las sociedades, sea cual sea la época y el idioma en el que se comunican. Y no siempre afecta a palabras obscenas.

Todas las lenguas tienen palabras tabú por razones políticas, económicas, sociales o, simplemente, porque con el devenir histórico cambian de sentido o empiezan a estar mal vistas por razones dispares. A ellas ha dedicado numerosos estudios el profesor de Filosofía del Lenguaje de la Universidad de Málaga Pedro Chamizo , quien tiene claro que el lenguaje políticamente correcto "siempre ha existido y existirá" y que los grupos de presión interesados en imponerlo son muy variados, aunque esa imposición depende luego del grado de aceptación por parte del hablante de a pie.

En su trayectoria de estudio de eufemismos (palabras usadas para eludir otras) y disfemismos (el concepto lingüístico para los términos tabú), el profesor de la Universidad de Málaga ha hallado ejemplos de esta práctica en todas las lenguas, como el término inglés ass, que significa tanto culo como burro pero cuya segunda acepción prácticamente ha desaparecido. En la Alemania dividida, la acepción en los diccionarios oficiales de Arbeid (trabajador) nada tenía que ver en la RDA y la RFA. Y Chamizo, en colaboración con la profesora polaca Magdalena Zawislawska, constató en un estudio comparativo la gran cantidad de nombres de animales que tanto en español como en polaco eran usados como insultos.

Aunque en lo primero que se piensa al hablar de palabras tabú es en los términos sexuales o referidos a partes del cuerpo íntimas, Chamizo deja claro que hay otros temas en los que éstos abundan, como es el caso de todo lo que rodea a la muerte. Por ello, las esquelas de los periódicos eluden este término y siempre aparece óbito y fallecido. Igualmente, "desde el 11-S está mal visto hablar de intolerancia y se ha acuñado el concepto de tolerancia 0", o en la actual crisis se habla de crecimiento negativo "que es una contradicción en sí mismo" en vez de hablar directamente de pérdidas o déficit. De igual modo, en el mundo empresarial ya no hay directores o jefes sino gerentes para todo.

Aunque suelen ser las clases dirigentes las que imponen la censura lingüística y "cualquier grupo de poder quiere imponer su propio lenguaje", la historia depara sorpresas. Por ejemplo, Chamizo relata que tras el triunfo de la revolución rusa, el lingüista nacional Marr propuso cambiar la lengua por considerar que fue creada por los zares y no servía para expresar los nuevos ideales del país. Sin embargo, Stalin paró la idea. Y el profesor subraya que, en materia de usos idiomáticos, cualquier colectivo puede convertirse en un momento determinado y por intereses propios en grupo de poder. Chamizo recurre a un ejemplo actual: la gripe porcina pasó a denominarse gripe A tras las quejas de los ganaderos por los efectos de esta denominación en la caída de sus ventas.

Sus estudios revelan que con frecuencia, palabras que originariamente aparecieron como eufemismos, rápidamente se convierten en tabú en sí mismas. Es el caso de retrete. El tiempos de Santa Teresa de Jesús, era se refería aun espacio de reclusión o retiro. Por ello la mística decía que iba al retrete a meditar. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en un eufemismo del cuarto de baño que hoy rara vez es usado en lugares públicos. "Los restaurantes ponen placas con dibujos, WC o aseos. Sólo recuerdo que persista la palabra retrete en la estación de tren de Marchena", relata Chamizo.

Hay casos que se convierten en tabú rápidamente y otros más lento, pero términos como cortesana funcionan como eufemismo de prostituta desde hace cinco siglos y aún se utilizan. Lo que nunca se aprendió en clase: eufemismos y disfemismos en el lenguaje erótico inglés; La función social y cognitiva del eufemismo y del disfemismo; o Tabú y lenguaje: Las palabras vitandas y la censura lingüística son algunos de los trabajos de Pedro Chamizo, que deja claro que conocer los tabú lingüísticos de cada sociedad ahorra problemas de interpretación.

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