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Marcado atraso en la Alameda

La cerámica blanca y añil que adorna el centro de la renovada Alameda tiene grabadas dos fechas, con números retorcidos y de tamaño tan gigantesco que no pueden verse a ras del suelo: señalan el año de la creación del paseo, y el de la inauguración... que no pudo ser. Foto: Marta Comesaña.

el 15 sep 2009 / 05:50 h.

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La cerámica blanca y añil que adorna el centro de la renovada Alameda tiene grabadas dos fechas, con números retorcidos y de tamaño tan gigantesco que no pueden verse a ras del suelo: señalan el año de la creación del paseo, y el de la inauguración... que no pudo ser. El año 1574, cuando el Conde de Barajas convirtió en bulevar cubierto de albero lo que hasta entonces había sido un terreno pantanoso, figura entrelazado con el 2007, la fecha a la se encomendó Izquierda Unida (IU), que lidera el proyecto, cuando comenzaron las obras de remodelación a principios de 2006.

Dos años y medio después, tras 12 meses de vertiginosos trabajos y año y medio de inexplicable lentitud, el símbolo ya no significa lo que debería, porque el 2007 ha quedado obsoleto.

Situado sobre la antigua estación del Metro que se comenzó a construir a finales de los 70, reconvertido ahora en un pozo de tormentas para evitar inundaciones, el azulejo sí puede verse desde los pisos que rodean el bulevar, donde los vecinos saben que hay "números", aunque ignoran su significado.

La Alameda fue diseñada en 1574 como un paseo de albero, árboles y fuentes. Cuatro años después se colocaron en uno de sus extremos dos columnas romanas halladas en unas excavaciones arqueológicas, sobre las que figuran, aún hoy, las esculturas de Hércules y Julio César, míticos fundador y renovador de Sevilla. Es decir, la misma simbología que debían representar las fechas del azulejo, pero aplicadas a la ciudad.

En el siglo XIX, y sobre todo a finales del XX, sufrió diversas modernizaciones, algunas con la clara intención de dejar la huella de sus impulsores: el Partido Andalucista colocó en parte del paseo un suelo de pizarra similar al que empleó para cubrir la plaza Virgen de los Reyes, y que trató sin éxito de extender por lugares emblemáticos de la ciudad. También instaló rejas de cerramiento que luego se han eliminado.

Simultáneamente, mientras avanzaban los planes de recuperación urbanística de alrededor, el carácter marginal y de tintes oscuros que prostitutas y drogadictos buscaban en una Alameda que se consideraba incluso peligrosa fue derivando en codiciada zona residencial plagada de comercios de diseño. Justo lo que justifica que ahora incluso se busque unificar sus veladores para dar una imagen elegante y homogénea a una zona indudablemente turística.

En el mandato anterior, IU se hizo con las riendas de un proyecto que diseñaron los arquitectos Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña, y que costará siete millones de euros -más 1,6 del pozo de tormentas-. De él se borró el aparcamiento que habían barajado sus socios del PSOE e incluso el tradicional albero, gesto que la Comisión de Patrimonio censuró. Eso sí, se sustituyó por losas de ese color, a modo de evocación. A ambos lados, dos fuentes de azulejos del mismo color que las fechas del adorno central, por cuyo funcionamiento se siguen preguntando los vecinos, aguardan a que el espíritu de ese año se convierta pronto en una realidad, esté o no grabada en el suelo.

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