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'Me dijeron que viajara en la patera y me arriesgué'

El drama del nigeriano Vicent Mosses, que ha recorrido 3.500 kilómetros a pie y en patera para encontrarse con su mujer y su hija en Los Palacios, ha conmovido al Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, quien cree que su situación puede legalizarse.

el 15 sep 2009 / 23:30 h.

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El drama del nigeriano Vicent Mosses, que ha recorrido 3.500 kilómetros a pie y en patera para encontrarse con su mujer y su hija en Los Palacios, ha conmovido al Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, quien cree que su situación puede legalizarse y no acabar repatriado.

Chamizo trabaja ya en el asunto y está convencido de que hay una puerta abierta para que el africano consiga los papeles "por razones humanitarias".

El Defensor rechazó así que Happy Mosses, la esposa del nigeriano, y su hija Esther no puedan acogerse a la reagrupación familiar que establece el Gobierno español.

La literal odisea de Vicent Mosses -el mitológico Ulises viajó 10 años para reencontrarse con su mujer- lo ha llevado a través de 3.500 kilómetros desde lo más profundo de África a través del desierto del Sáhara y de una travesía en patera a reunirse con su mujer y su hija después de tres años.

Su familia vive en Los Palacios y Villafranca y Vicent sólo ha visto a la pequeña ahora. Su mujer entró en España hace tres años embarazada y a los pocos días dio a luz, con lo que logró el permiso de residencia. Según Chamizo, el impedimento legal que amenaza la unidad de esta familia -que no existe acuerdo de reagrupación familiar entre España y Nigeria- supondría "una desigualdad en los derechos humanos" respecto a familias de otros países con acuerdos con el Estado español.

En rigor, defiende el Defensor, la ley establece requisitos para la reagrupación familiar válidos en cualquier caso, siempre que el cónyuge que vive en el país de destino los cumpla: haber vivido en España el último año y tener autorización para hacerlo durante otro más, acreditar mediante contrato de trabajo su solvencia y estar en posesión de un título de propiedad de una vivienda o de un contrato de alquiler.

Happy, la nigeriana que acabó en Los Palacios, cumple todos los requisitos, pero ve con espanto que su marido puede ser deportado de forma inminente: éste vive, desde que fue detenido tras naufragar su patera, en un centro de inmigrantes de Tarifa (Cádiz).

Además de llevar empadronada más de dos años en España, Happy Mosses tiene un contrato de trabajo desde 2007 en la empresa sevillana de limpieza Lisesa y vive de alquiler en un piso compartido en Sevilla de lunes a viernes, y en casa de su amiga palaciega María Benítez los fines de semana. Esta familia mantiene en su domicilio a la pequeña Esther.

Ahora bien, como Vicent Mosses entró de forma ilegal en España, con la ley en la mano el Gobierno está obligado a deportarlo, pero de nuevo en Nigeria podría solicitar la reagrupación. "Otra cosa sería que, por razones humanitarias, ya que está aquí y después del periplo pasado", apunta Chamizo, "se pueda proceder a la reagrupación".

Es en esta posibilidad en la que trabaja el Defensor del Pueblo desde que recibió una carta de María Benítez en la que exponía la situación de Happy, Esther y Vicent. "Si esta situación no se remedia, Vicent será repatriado sin poder volver a ver a su hija, que es lo que más desea ahora mismo", concluía la misiva tras explicar que la pequeña está escolarizada en el colegio palaciego Félix Rodríguez de la Fuente y que Happy busca un apartamento para los tres.

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