Eva siembra y recoge patatas. Luisa las presenta al público. Lorena compra y vende toneladas a nivel planetario. María recoge chatarra para conseguir dinero que le lleve a las patatas. Hace tiempo el mundo estaba lleno de Evas. El hambre no era noticia a pesar de que se producía mucho menos alimento por habitante que hoy. En su lugar, el planeta se llena de Marías. Crece el poder de las Luisas, antaño ligadas al pueblo y ahora controlando los precios mediante sus grandes superficies. Se disputan los mayores trozos del pastel con las insaciables Lorenas.
Las personas plantan cosas que no se comen o que no les pertenecen, o no plantan nada pero buscan desesperadamente algún lugar donde traducir su fuerza de trabajo en dinero, y éste en subsistencia. Ahora, a pesar de que emplean más horas, ya no pueden obtener el suficiente alimento para vivir. La FAO sigue indicando que la producción de cereales, leche, carne? no cesa de aumentar. También los precios.
Evitar la muerte masiva de hambrientos y la amenaza de inmigración desesperada para la zona cómoda del planeta requiere sobre todo que las Marías pasen a Evas y que las Lorenas se queden en casa.
