El entrenador del Real Betis, Pepe Mel, trató de zanjar ayer en sala de prensa la polémica originada por su charla en el vestuario de El Arcángel tras la derrota encajada en Copa del Rey ante el Córdoba. "El padre debe pegar una bronca en algunos momentos, por mucho que quiera a sus hijos. Eso lo hace cualquier padre", explicó. Según el mensaje que emitió ante los periodistas, la confianza en sus pupilos continúa intacta.
"Claro que sigo confiando en toda la plantilla", apuntó. "Por eso las cosas ruedan en lo deportivo tranquilas", añadió. "Y si ruedan así de calmadas es por la concordia y la amistad que tenemos dentro del vestuario", dijo. "Dentro de la familia, cuando un padre ve algo de un hijo que no le gusta o que no hace bien le abronca aunque quiera a ese hijo como a él mismo", prosiguió.
Sobre el ambiente que imperará en el Calderón, dividido por la continuidad o no de Gregorio Manzano, Mel fue tajante. "Eso a nosotros nos da exactamente igual", recalcó. "Iremos a jugar pensando que se va a jugar a puerta cerrada", bromeó antes de alertar del potencial en la definición del cuadro colchonero en su feudo.
"El Atlético sale a tres goles a favor de media en su campo", indicó sin referirse siquiera a su estrella, el colombiano Radamel Falcao. "El Atlético del Calderón no tiene absolutamente nada que ver con el que juega fuera. Y nosotros vamos a jugar con el que lo hace en casa", repitió en tono serio. "Si no salimos con la agresividad necesaria, no tendremos nada que hacer", admitió.
"Atrás habrá que estar siempre en alerta", dijo. En relación a la actitud que deben sellar sus discípulos, Mel fue lacónico. "Nuestros últimos partidos de Liga son buenas piedras de toque para seguir el buen camino", dijo. "Sabemos que hace muchos goles en su campo e intentaremos que nuestro fútbol brille aún más que el suyo", reiteró.
Mel también se refirió al objetivo final del plantel verdiblanco. "Esto es una carrera de fondo que se acaba en junio", aventuró. "Lo mejor de los partidos es ganar el último, y nosotros ganamos el último", añadió... en alusión a la Liga. "Vamos con toda la ilusión de ganar. Es un equipo europeo, que suele jugar domingo y miércoles y eso acumula cansancio", opinó. Sin embargo, Mel matizó que "no creo que eso sea lo que nos haga ganar o perder".
"Hay que entrar agresivos y tensionados, y pensar que Diego, Adrián, Arda Turan y Falcao nos pueden hacer gol, tenemos que poner toda la carne en el asador para evitarlo", recalcó.
"Si no tenemos tensión, lo normal es perder. Por lo tanto, si queremos puntuar en el Calderón hemos de salir concentrados y con tensión", finalizó antes de admitir que "habrá que cambiar" la imagen que ofreció el cuadro de La Palmera en Córdoba en Copa del Rey. "Tenemos que ser intensos, no nos queda otra. Habrá que jugar con agresividad y no dar concesiones", subrayó.
Sin pistas
En el plano estrictamente deportivo, Mel ocultó ayer sus planes en relación al choque del Vicente Calderón. El madrileño ensayó el jueves con Cañas en la zaga central, zona en la que jugará junto al cordobés Dorado, fijo tras la lesión del canario Mario.
El preparador heliopolitano ensayó con dos bandas abiertas, con Juanma y Pereira en los costados, mientras que ayer no desveló ninguna incógnita en una sesión liviana. Hoy recluirá nuevamente a sus pupilos a puerta cerrada en el Villamarín, desde cuyo parking partirá la expedición hacia Santa Justa a las 15.30.
