Melli posa en la puerta de acceso al pasillo de vestuarios.
-Llegó el partido clave, ¿no?-Sí, es un partido clave. Vamos por el buen camino y sólo tenemos que pegar un cambio radical de cara a los goles, pero al equipo se le está viendo la mejora en el juego. En cuanto entre una pelota, el equipo ganará en confianza y cambiará esta presión que hay ahora porque no metemos goles.
-¿Es una final?
-Creo que sí, que es un partido muy importante y que vamos en un buen momento. Veo muy bien al equipo, desde que llegó Víctor no hemos perdido y hemos podido ganar los cuatro partidos.
-¿Un empate es una derrota?
-Aún quedan muchos puntos y nosotros vamos allí a por tres, no a pensar en un empate.
-Si no ganan, ¿dicen adiós al ascenso?
-Lo importante es meterte en las diez últimas jornadas a cinco o tres puntos del tercero... Además, después de este partido vienen rivales de la zona media y baja. Con el juego que hacemos, tenemos que ir hacia arriba. Tengo plena confianza en el equipo. Si analizamos los últimos partidos, quizás hemos ganado al rival que más ocasiones nos hizo. En Huelva fuimos superiores, con el Hércules también y en el último ya ni le cuento. No estoy preocupado, el equipo va a más y creo que lo conseguiremos.
-¿Por qué se ha llegado a esta situación?
-Influyen muchas cosas. Un cambio de entrenador, partidos clave en casa que estaban para ganarlos y se empataron, algunos empates fuera de casa... Estamos a tiempo de cambiarlo, todo pasa por este domingo. Tenemos que ir con una mentalidad ganadora.
-¿El favorito es el Cartagena?
-Sí y no. Ellos han bajado un poco su nivel y nosotros cada vez jugamos mejor. Sólo falta que la pelota entre, pero ya hacemos algo importante, que es dejar la portería a cero. El equipo está ganando en confianza. Podemos empatar o ganar, pero la imagen es la de un equipo bien posicionado que hace un juego que gusta.
-Parece mentira que le haga esa pregunta sobre quién es favorito en un Cartagena-Betis...
-Sí, pero nosotros vamos a ir como favoritos. Yo quiero ir como favorito. Somos el Betis.
-¿Qué siente cuando mira la tabla y ve al equipo tan mal?
-Ante todo, tranquilidad. Empezamos la Liga que si sí que si no, que si un poquito de aquí y un poquito de allí, pero todos confiamos en que lo vamos a conseguir.
-¿Deberían haber cambiado antes de entrenador?
-Todos somos responsables. El equipo ha cambiado de entrenador, trabaja de otra forma y ya está. Todos queremos el bien del Betis.
-Sí, pero todavía no han logrado tres triunfos consecutivos.
-De aquí al final vamos a conseguir no dos, sino más de dos. En el momento en que ganemos un partido importante vamos a dar un cambio radical porque el equipo tiene potencial, hay jugadores que qué más quisieran otros equipos que tenerlos.
-Se lo digo porque para ascender tienen que ganar el 80 ó 90% de los partidos que quedan.
-Sí, pero no miramos más allá de cada partido. Si ganamos, nos ponemos a cinco puntos del tercero, y remontar eso es asequible.
-¿El Betis merece estar donde está?
-No. Hemos tenido partidos en los que deberíamos haber sacado más puntos de los que tenemos.
-Es curioso que el Betis pecase al principio en defensa y falle ahora en ataque.
-En el trabajo defensivo ayudan mucho los jugadores de arriba. El equipo ha conseguido eso y se siente más reforzado y mejor colocado. En ataque también somos responsables todos, no sólo los puntas. Si todos aportamos, el equipo ganará en ataque como ha ganado en defensa
-¿Puede influir precisamente eso, que ahora corran más?
-Sí (ríe)... Pero al equipo no se le puede reprochar nada. Se está viendo un buen Betis pero no sé si alguien nos ha echado mal de ojo, porque la pelota no entra.
-¿Por qué ha mejorado el equipo tanto con Víctor?
-Es un juego que nos va bien, de muchos toques y triangulaciones. Es lo que nos identifica, por los jugadores que tenemos.
-¿Deberían haber jugado así desde el principio?
-Las circunstancias se han dado de esta manera y ya no podemos cambiar nada.
-¿Qué tal usted? Puede decirse que su campaña ha ido de menos a más, ¿no?
-Empecé bien, pero tuve la mala suerte de que me expulsaran en la Copa y el técnico después no me puso. La confianza te la da el entrenador y a mí no me la dio. Lo acepté y me esforcé porque sabía que me podía llegar la oportunidad y cambiar la situación. Todo fue trabajo, trabajo y trabajo, y poco a poco fue cambiando la cosa.
-Por cierto, ahora que le queda un año y medio de contrato, ¿piensa ya en el futuro?
-Ahora mismo no se me pasa por la cabeza renovar o firmar otro contrato. Me centro en seguir en el equipo y subirlo a Primera.
