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Mi casa es de cenizas

Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Las cenizas forman parte de nuestra vida y por eso un grupo de investigadores de la Escuela de Ingenieros han querido aprovecharlas y han descubierto cómo transformar los residuos de las centrales térmicas en revestimientos ignífugos para viviendas. Foto: A.Acedo.

el 15 sep 2009 / 08:42 h.

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Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Las cenizas forman parte de nuestra vida y por eso un grupo de investigadores de la Escuela de Ingenieros han querido aprovecharlas y han descubierto cómo transformar los residuos de las centrales térmicas en revestimientos ignífugos para viviendas.

Lo que ya ha ardido no puede volver a arder. Partiendo de esta idea y del hecho de que las cenizas de las centrales térmicas ya se usaban para materiales de construcción, como el cemento, cinco investigadores de la Escuela Superior de Ingenieros Técnicos de Sevilla decidieron indagar en nuevas posibilidades y convertir estos restos en paneles resistentes al fuego para revestimientos en las casas. Paredes, falsos techos e incluso puertas pueden ir revestidas con este material.

A través de un "no tan complicado proceso químico" que no quisieron desvelar, los cinco ingenieros de este grupo de investigación que lleva diez años trabajando en el proyecto, Luis Vilches, Constantino Fernández, Carlos Leiva, José Vale, Joaquín Olivares han sido pioneros en este campo.

Nunca antes se habían usado los restos de las centrales térmicas para un uso de este tipo. "Sí se han usado para cementos en la construcción", asegura Constantino, "pero nunca para paneles que sirven para proteger a las viviendas no sólo del fuego, sino también de la humedad". "Son como los paneles de pladur", pero de otro material.

Aunque aquí en Sevilla no hay centrales térmicas, estos investigadores trabajan con la de Los Barrios en Córdoba, la de Carboneras en Almería y la de Puente Nuevo, en Granada. En concreto, estos investigadores trabajan sobre todo con el orujillo, abundante en las centrales andaluzas.

Este tipo de residuos es de biomasa, es decir, de origen vegetal. "Además de ser más resistentes, son menos contaminantes", explican los autores de este proyecto científico.

Competitivo </b<. Según relatan es, además, un producto que puede "competir a la perfección en el mercado", ya que tiene un bajo coste de producción y su proceso "es muy sencillo". Incluso es más resistente al fuego que otros, porque "lo que ya ha ardido, no puede volver a arder", señalan satisfechos los ingenieros. Este proceso es "barato", según comentaron estos científicos, ahorraría dinero a las empresas "que tienen que almacenar en sus depósitos estos residuos y transportarlos a los vertederos especiales, con el coste que ello supone".

Si comercializan sus cenizas, "obtienen más beneficios" y, además, "abren puertas a nuevos productos más ecológicos".

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