Un viaje en el tiempo para aprender. Los más pequeños recrearon ayer un Montellano de 1810 al ritmo de cánticos como Mambrú se fue a la guerra o El vito.
Con esta escenificación abrieron el apetito de lucha por las libertades a todos aquellos que esperan con ansias la gran recreación de hoy con motivo del bicentenario de la invasión por parte de los franceses del pueblo, que quemaron gran parte de la villa de entonces y asesinaron a sus vecinos.
Esta efeméride está desarrollándose de una manera especial con un amplio programa previsto a lo largo del año. Desde la Plaza de la Iglesia partió ayer por la mañana un pasacalles en el que participaron los alumnos de todos los centros escolares. Iban ataviados con la indumentaria propia de 1810 para los entonces vecinos de Montellano, campesinos de pocos recursos. El pasacalles concluyó en la Plaza de la Romería, donde se pudieron ver títeres a modo de romancero de ciego.
Pero hoy será cuando se celebre la propuesta más significativa, ya que se hará una recreación muy cercana de los hechos, vistiendo al pueblo de villa del siglo XIX, y participando más de medio millar de personas. Esta escenificación se llevará a cabo bajo la dirección del grupo Ahita Teatro.
Los actos comenzarán desde la mañana, con bailes populares, desfiles de ejércitos invasores y serranos y cánticos de la época. La escenificación está prevista para las 20.30 horas, con un recorrido por las calles más históricas y céntricas del municipio.
No se trata de conmemorar aquella fatídica fecha para un pueblo que empezaba a andar rompiendo sus lazos con Morón de la Frontera, ni de ensalzar el rito de la muerte y destrucción, sino que el objetivo es todo lo contrario: reconocer en aquel hecho más que componentes exagerados intencionadamente de heroísmo y defensa de unos valores muy tradicionales como eran “Dios, la Patria y el Rey”, la rabia, la indignación y la rebeldía de unos pocos montellaneros que veían que su villa, su modo de vida y su mismo futuro eran pisoteados como sacrificio que exigía el pueblo invasor. Ése es el motivo de celebración: la lucha de un pueblo por sus libertades.
