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Monumentos y zonas marginadas tienen cabida en el Street View de Google

La Plaza de España, la Maestranza, la Giralda... y también los pisos de la droga de las Tres Mil, las chabolas del Vacie, Los Pajaritos. Street View, el buscador de Google permite al sevillano enfrentarse a sus fantasmas.

el 15 sep 2009 / 19:08 h.

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La Plaza de España, la Maestranza, la Giralda... y también los pisos de la droga de las Tres Mil, las chabolas del Vacie, Los Pajaritos. Street View, el buscador de Google que fotografió la ciudad para mostrar al mundo sus maravillas turísticas, permite al sevillano enfrentarse a sus fantasmas y visitar lugares que la mayoría, con razón o sin ella, no pisará jamas.

Hay sitios en Sevilla a los que no llegan ni los taxis. Calles malditas cuyo nombre todo el mundo conoce de oídas, pero adonde la mayor parte de la gente nunca ha ido, ni piensa ir. Pues ahí las tienen: en el nuevo buscador Street View de Google se pueden conocer por fin las calles Luis Ortiz Muñoz o Escultor Sebastián Santos, en el barrio de Martínez Montañés, corazón de las Tres Mil Viviendas, donde cada dos por tres hay redadas antidroga. Viéndolas puede uno darse cuenta de que en su largo recorrido -son calles consecutivas- tiene que caber de todo: un trozo francamente malo, el más cercano al parque de Bomberos, cuya apariencia desgastada puede verse perfectamente en las fotos. Y el resto formado por grupos de edificios que rodean los patios, con una apariencia proletaria, con ropa colgada mirando a la calle, con rejas oxidadas, pero mucho más normal.

Quizá echándole un vistazo en internet a alguno le cale el mensaje que intentan difundir quienes trabajan contra la marginalidad en este barrio: que en un sitio tan grande hay una esquina terrible, y una parte enorme contagiada por su leyenda.

El mismo sambenito pesa sobre la calle Hermano Pablo del Polígono Norte, conocida por lo mismo y en este caso mucho más pequeña. Allí murió apuñalado en 2002 un joven de Burguillos que fue a comprar droga cuyo acompañante, vista la malísima fama de la zona, se inventó que había sido en otro lugar para no ser la comidilla del pueblo. Seguramente por otros motivos, el coche de Google no se adentra en ella: pasa por la paralela, y al fondo pueden verse sus casitas bajas, pero un no puede recorrerla.

¿Y las calles Mirlo -donde en 2005 un chaval mató a su novia de un tiro en la frente- o Gaviota -donde se centraron los actos vandálicos que sucedieron a la muerte de un joven atracador en un estanco-?. Los Pajaritos arrastra también una leyenda negra que abarca una zona extensa, en la que se mezclan el pésimo estado urbanístico de una acera de la calle Jilguero con la saludable apariencia de los edificios de enfrente. El estigma contagia a calles como Codorniz, que no levantaría el más mínimo recelo si no estuviera en Los Pájaros. Las fotos enseñan lo bueno y lo malo: la parroquia de la Blanca Paloma con las puertas abiertas, como es habitual, y restos de las fogatas nocturnas en sus paredes, que también son costumbre.

El caso más extremo es El Vacie. También allí llegó el coche de Google, no a las chabolas -entre las que no hay calles sino caminos de tierra, por calificarlos con optimismo-, pero sí a las carreteras entre las que se levanta el poblado chabolista. Asomándose desde la rotonda uno puede ver las infraviviendas de la parte exterior, vigiladas por furgones policiales -por ahondar en el tópico-, e intentar adivinar cómo se vive allí dentro, desde la seguridad del ordenador de su casa.

No aparece Torreblanca, porque Google dio por acabada Sevilla en Sevilla Este, dando de lado a todo este enorme barrio por cuestiones de tiempo. La prioridad era fotografiar el Centro, ya que el objetivo de Street View es "cubrir sobre todo las zonas turísticas, las que todo el mundo va a buscar en internet", cuenta la empresa, "y del resto, todo lo posible, según el tiempo disponible y las condiciones meteorológicas".

De hecho, ha habido barrios ya registrados en el buscador en los que se han quedado atrás algunas calles, normalmente porque no ha dado tiempo a pasar por ellas. La idea es volver más adelante para fotografiar todo lo que se no se ha podido hacer.

Divertidos por la pregunta, desde la empresa quieren dejar claro que en absoluto se dejaron fuera barrios o calles de Sevilla, ni de otras ciudades, porque se intuyeran problemas de seguridad. "Nosotros pedimos los permisos para fotografiar, y la Policía estaba informada, pero en ningún caso solicitamos escolta ni nada parecido", explican. En los coches siempre va solamente el conductor, y nunca han sufrido ninguna agresión, ningún acto vandálico, nada. "En ningún sitio, luego tampoco en estos barrios", precisa Google. Tampoco es mal marco para estas fotos.

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