Economía

Morera&Vallejo toma el control de la ‘sicav’ de la CEA y relevará a su consejo

A través de una ampliación de capital, que lo eleva a 3 millones de euros, el grupo empresarial sevillano supera la barrera del 50% del accionariado de esta sociedad de inversión colectiva.

el 19 feb 2014 / 23:30 h.

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El grupo empresarial Morera & Vallejo ha tomado el control de la sicav (sociedad de inversión colectiva) Cartera Andaluza, gestada por la patronal CEA en 2007 como vehículo para canalizar operaciones en renta fija, variable (acciones en bolsa) y fondos por parte de empresarios de la comunidad de Andalucía. En concreto, a través de una ampliación del capital social valorada en 600.000 euros, la compañía que preside Antonio Morera Vallejo ha incrementado su participación desde el 33 por ciento previo hasta algo más del 53 por ciento, lo que supone de facto la toma de control de la sicav, cuyo domicilio fiscal se ubica en la sede de la CEA, en el sevillano parque tecnológico Cartuja. Después de la operación, su capital social queda conformado por 3 millones de euros, según explica Manuel García, director financiero del grupo. Antonio Morera Vallejo, presidente del grupo empresarial Morera & Vallejo. / E. RECIO Antonio Morera Vallejo, presidente del grupo empresarial Morera & Vallejo. / E. RECIO Éste, que había ido acrecentando su porción en la sociedad conforme abandonaban otros socios en estos años de crisis económica, prevé cambiar la composición actual del consejo de administración, que aún está en manos de la anterior cúpula de la CEA y encabezado por el expresidente, Santiago Herrero León, y con José María Bejarano Piñar como consejero delegado. Morera & Vallejo prevé imprimir a la sicav un carácter «conservador» y «no especulativo». Es decir, que en la cartera o cesta de activos habrá una parte importante de renta fija (deuda pública y de empresas que arrojan un rendimiento seguro) que compensen los posibles riesgos de la renta variable (esto es, de las inversiones bursátiles), con una estrategia, además, de estabilidad en la inversión (carácter de permanencia, y no compras y ventas inmediatas persiguiendo la mera especulación). La información facilitada por Cartera Andaluza a la Comisión Nacional del Mercado de Valores –el organismo oficial que regula los mercados bursátiles– detalla que su rentabilidad en 2010 fue del 7,5 por ciento. En 2011, y por el ciclón que arrasó a las bolsas, perdió un 4,1 por ciento, para posteriormente mostrar rendimientos del 11,20 y 11 por ciento en 2012 y 2013, respectivamente, gracias a la revalorización de los parqués. El Santander y Bankia son actualmente las firmas gestoras –a partes iguales– de la sicav. La segunda de estas entidades detalla que un 13 por ciento de la inversión está en renta fija, un 24 por ciento en renta variable, un 45 por ciento en distintos fondos de inversión y, por último, un 18 por ciento en productos derivados y divisas. Y dentro de la cesta hay participaciones en grandes cotizadas del Íbex 35 (el índice selectivo de la bolsa española). La finalidad de esta sociedad desde que fuera concebida consistía en «proyectar fuera de Andalucía la capacidad inversora del tejido empresarial de la comunidad, destinando gran parte de sus recursos a inversiones en bolsa». Sus estatutos precisan que el capital inicial es de 2,4 millones de euros, y con un máximo de 24 millones. A cierre de 2013, y según comunicó a la CNMV, la sicav tenía 124 partícipes y 256.695 acciones en circulación. La sicav que gestara la CEA era de gran ambición, pues trataba de canalizar las inversiones de los grandes empresarios andaluces. Fue la alternativa al fracasado intento de agrupar al empresariado regional para adquirir un gran banco que respaldara financieramente proyectos en la comunidad. Nos remontamos a 2006, en plena ebullición económica, e incluso se puso nombres: Banco de Andalucía, Banco Popular, Banesto... La intención era aglutinar un capital estimado en 15.000 millones de euros y lanzar una opa. Sin embargo, los planes no salieron adelante y se gestó la sicav Cartera Andaluza con unos 6 millones de euros –el objetivo: llegar a 100–. Hasta que estalló la crisis, su patrimonio superó este listón; después cayó, con varios cambios accionariales posteriores.

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