E. C.
-¿Qué supone para usted estar en el cargo en el 75 aniversario?
-Primero responsabilidad, compromiso y alegría. No todos los presidentes tienen la suerte de vivirlo en su mandato.
-¿Cómo afronta el compromiso contraído?
-Mejor dicho el final del compromiso, porque estamos a las puertas de unas nuevas elecciones. Yo lo definiría trepidante por todo lo acontecido, realizado, vivido, aprendido y conocido.
-¿Qué diría a los que piensan que se está desvirtuando la romería del Rocío?
-No creo que se esté desvirtuando, más bien se está esquivando la figura del rociero ante aquel que es destructor de unas creencias. Hay muchos que han realizado el camino sin devoción y tras pasar por la verdadera vida del Rocío y regresan complacidos, satisfechos y sobre todo? renovados interiormente.
-Más allá de los actos enfocados a la preparación del Rocío, ¿qué otras cosas hace la corporación?
-Desde que tomó conciencia de las necesidades de los más desfavorecidos nos hemos adaptado a la realidad social de cada momento. Pasado y presente de una corporación que sabe que lo divino debe convivir con lo humano, y lo ancestral con lo moderno, dando cada vez mayor cabida a sus obras asistenciales.
-¿Se sienten respaldados por los habitantes de Olivares?
-Por supuesto. En este sentido tanto mis compañeros como yo siempre que organizamos todo tipo de eventos recibimos el apoyo, respaldo y el calor necesario para no desmoralizarnos y seguir tirando. Hay que destacar también la labor que vienen desarrollando desinteresadamente un gran número de hermanos, a ellos les doy las gracias por tanto como engrandecen el Rocío.
-Hay quien piensa que los rocieros sólo aparecen una vez al año, ¿qué piensa?
-Es verdad que hay rocieros que solo se acuerdan del Rocío llegando los primeros cohetes, pero esos son los mínimos por lo menos aquí. El rociero auténtico sabe que el Rocío no es sólo cante y baile, es algo más que la romería. Es la Virgen del Rocío, que es amor y fe?
-¿En qué ha cambiado en estos 75 años la corporación?
-Sobre todo en la madurez, estabilidad y en la firmeza en todos los sentidos. Hay que dar las gracias al trabajo de nuestros antepasados en esos años difíciles.
