El FC Barcelona ha solventado con nota su compromiso (6-1) ante el Celtic para confirmar su presencia en octavos de final de la Liga de Campeones como primero del Grupo H y de paso recuperar la fluidez y armonía en su juego en tiempos difíciles, en un duelo que tuvo al brasileño Neymar como mayor protagonista y autor de un triplete. Hogar dulce hogar. El Camp Nou era el escenario ideal para que los jugadores del Barça no solo cerraran su primer puesto en esta última jornada de la Fase de Grupos, sino también para dejar buenas sensaciones --más allá del trámite copero-- después de la mala imagen en Ámsterdam y el tropiezo en San Mamés. Las palabras del 'Tata', con algo de decepción por el nivel del equipo, encontraron respuesta en un gran ejercicio de los azulgranas. Cierto es que el rival no era el Celtic cansino y aguerrido de Celtic Park, que el equipo escocés no se jugaba nada, pero la ausencia de ocasiones y protagonismo de los visitantes fue más por el buen partido culé. El Barça hizo su fútbol y sentenció el partido antes del descanso evitando sustos y fantasmas que siempre pueden aparecer cuando no va todo a favor. Con un once pensando en Villarreal, con un Sergi Roberto titular a buen nivel, cómodo con Xavi a su vera, Neymar a su aire y Pedro y Alexis con ganas en las bandas, ya los primeros minutos dejaban buenos augurios para los intereses azulgranas. La intensidad de inicio, mucha movilidad, abriendo el campo, y un Neymar liberado por todo el campo tardaron poco en dar sus frutos. A la velocidad del balón se unió la presión efectiva que últimamente no lo era tanto, con lo que los de Neil Lennon se veían encerrados en su campo con facilidad. En una de esas fue Piqué el que abrió el marcador, aprovechando un balón rechazo en un remate de Alexis. Después del gol 1.000 del Barcelona en competición internacional los locales se esmeraron para no caer en una relajación también criticada.