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Ni despegan ni transmiten

La derrota ante el Almería ha sido el último revés de una campaña llena de reveses y que aún no ha terminado. Perder de la forma en que lo hizo el Sevilla vuelve a dejar claro, si es que había alguna duda, que para pelear por grandes retos hace falta mucho más de lo que hay. A todos los niveles.

el 15 sep 2009 / 03:31 h.

La derrota ante el Almería ha sido el último revés de una campaña llena de reveses y que aún no ha terminado. Perder de la forma en que lo hizo el Sevilla vuelve a dejar claro, si es que había alguna duda, que para pelear por grandes retos hace falta mucho más de lo que hay. A todos los niveles.

Tras el desastroso resultado cosechado el sábado, la afición se pregunta si este equipo será capaz de dar lo mejor de sí en las cinco jornadas que restan y clasificarse para la Champions o, por el contrario, volverá a darse batacazos tan sonados como el último. Tres derrotas en los cinco últimos partidos han hecho inútiles sus intentos de dar caza al Atlético y, de paso, han provocado que el Racing se meta de lleno en la pelea por el cuarto puesto. Difícilmente éste será más asequible para un aspirante que esta campaña.

El crédito de Jiménez. Como responsable de la plantilla, su gestión está sujeta a opiniones. La más generalizada es que, por mucho que haya brillado en el filial, este Sevilla le viene grande, al menos en estos momentos. Y así lo piensa tanto un gran sector de la afición como miembros del propio consejo. Del Nido y Monchi le han respaldado siempre, pero una cosa es ver que podría hacer un digno papel y otra conformarse con eso. Imágenes como la del sábado evidencian que el Sevilla no es capaz de dar la talla cuando debe, que Jiménez no logra dar con la tecla y que el paso de las jornadas no cambia absolutamente nada. Si se mete en la Champions, el técnico tendría un gran aval, pero si no es así, el club moverá ficha. A día de hoy, su crédito ha menguado aún más.

Números y sensaciones. Con Jiménez, el Sevilla lleva 13 victorias, 3 empates y 10 derrotas en 26 partidos de Liga, números que situarían al equipo de Nervión entre los cuatro mejores si se hiciera una clasificación desde la jornada 9a -la primera con él al frente- y la 33a. En Champions, sumó cuatro victorias y una derrota, y en Copa un triunfo y tres empates. Los números se resumen así: en 35 partidos, 18 victorias, 6 empates y 11 derrotas. Es decir, gana la mitad de los que juega. Pero si esto de por sí no es para tirar cohetes, menos aún lo es la sensación que transmite el equipo: inestable, falto de nivel en algunos puestos y de soluciones.

Los futbolistas. Tiene su culpa el técnico, pero tampoco es que él falle siempre y los futbolistas despunten. De hecho, ¿están jugadores como Palop, Adriano, Poulsen, Keita o Kanouté a su mejor nivel? ¿Es normal que los centrales titulares lleven semanas y semanas de baja? ¿Pueden dar Mosquera y el chaval David Prieto el rendimiento de Javi Navarro y Escudé? Si las respuestas son negativas, ¿qué opciones le quedan a Jiménez? En cualquier caso, planteles como el de Racing o Almería tienen pocas estrellas y dan un enorme rendimiento, y eso gracias a un trabajo.

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