Á.R.
Casi tres meses después Enzo Maresca volvió a la sala de prensa de la ciudad deportiva para, precisamente, matizar aquella última comparecencia, en la que, según sus palabras, fue malentendido porque no tenía "ninguna intención de hacer daño a nadie".
Después de su reaparición el pasado domingo tras un periodo prácticamente en el ostracismo, Maresca volvió a comparecer ayer ante la prensa, pero con un talante más conciliador que en la última vez que lo hizo. Ayer no habló de errores del entrenador, sino de errores "del equipo entero en el campo", e igualmente vio lógico y no criticó que Jiménez se fije en los rivales porque "qué técnico no lo hace". El caso es que el italiano quiso matizar aquella comparecencia polémica suya de una u otra forma.
"Lo que dije está dicho y no tenía intención de hacer daño a alguien si hice daño, mi intención era la de siempre, intentar sacar lo mejor de nosotros y desde el primer día no ha habido una rueda de prensa en la que no haya dicho algo para mejorar al equipo. Mi intención era decir algo para mejorar, pero parece que no fue así. Lo dicho está dicho, pero no quería hacer daño a nadie", insistió continuamente el centrocampista, que en cualquier caso no se arrepintió de lo que declaró porque no lo hizo con "mala intención". "No me arrepiento de lo que dije. No quise hacer daño. No veo de qué arrepentirme", añadió el transalpino.
De hecho, achacó a las malas interpretaciones la polémica sobre sus palabras. "Analizando de una forma determinada lo que dije, parece que quise hacer daño, pero no fue así", continuó Maresca, que sí admitió que su situación desde aquellas reflexiones "ha cambiado un poco, ha habido una metamorfosis, pero esto es fútbol y da muchas vueltas, sólo queda trabajar para volver a como estaba antes".
Por eso, aseguró el ex juventino que "si antes trabajaba al cien por cien, ahora, al 120%": "Es menos fácil trabajar bien cuando no juegas. No he bajado los brazos esperando otra oportunidad, si el míster habla bien es porque trabajo bien". Con respecto a su vuelta al equipo ante el Getafe, no lo vio Maresca como un premio, porque "los premios son para los perritos cuando se portan bien". "No fue un premio, al revés, cuando he tenido que pagar algo lo he pagado".
Sea como fuere, su actual papel en el equipo abre la puerta a un abanico de posibilidades en su futuro, aunque él quiere continuar en el Sevilla: "Espero que todo vuelva a cambiar, por eso trabajo. Estoy harto de repetir que este equipo me ha regalado cuatro años, quitando los tres últimos meses, de felicidad. Mi situación ha cambiado, pero mi intención sigue siendo quedarme aquí, así se lo he dicho al club, pero quedan otras dos partes -entrenador y club- que tenemos que ponernos de acuerdo".
