Cuadros, jarrones, vestidos, zapatos, dulces, libros? y hasta embutidos, y a muy buen precio, pueden encontrar todas las personas que decidan acercarse estos días al rastrillo que, cada dos años, organiza la hermandad del Silencio de Utrera para su bolsa de caridad.
Hasta el 4 de mayo, el Hospital de la Santa Resurrección -conocido como el Hospitalito- acoge la cuarta edición de esta iniciativa que lleva a cabo la cofradía del Jueves Santo. Isabel María Roldán, diputada de Caridad del Silencio, destaca su "estupenda acogida" por parte de todos los ciudadanos. "Es preciso mucho trabajo para poder poner en marcha el rastrillo, desde Navidad trabajando casi sin parar, pero lo hacemos con muchísimo cariño", comenta con entusiasmo.
En él se puede encontrar "de todo desde 10 céntimos de euro porque los precios están muchísimo más bajos que los originales", asegura para animar.
De todas maneras, pese al éxito que cosecha esta iniciativa, la cofradía no se plantea organizarla todos los años y prefiere mantenerla de forma bienal "para no cansar a los comerciantes ni a quienes compran". Y es que todos los productos que se ponen a la venta son donaciones de las empresas de Utrera, que se prestan a colaborar cediendo algunos de sus artículos. Junto a ellos, otras instituciones prestan su ayuda, como Aicos, el Ayuntamiento de Utrera, las Madres Carmelitas o los bancos.
Como novedad, este año, las personas que se acerquen hasta el Hospitalito durante el de fin de semana pueden conocer el edificio gracias a las visitas guiadas que hay paralelas.
La idea de poner en marcha este mercadillo surgió por la necesidad de recaudar fondos para la bolsa de caridad de la cofradía, que trabaja para prestar ayuda a todas las personas que lo necesitan. Para ello, se encuentra en contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Utrera y con Cáritas de Santiago con el objetivo de estar coordinados y poder atender las peticiones que les realizan.
Igualmente, a lo largo de todo el año, mucha gente se acerca directamente a la hermandad pidiendo colaboración para diversas cuestiones que van desde el pago de un recibo de luz o de agua a la ayuda a asociaciones para diferentes proyectos que impulsan. También organizan bolsas de Navidad con juguetes para niños o pagan ropa y libros.
"No hay un perfil definido de personas que necesitan ayuda porque hay gente que no imaginamos que está necesitada y, sin embargo, sí lo está", comenta la responsable del rastrillo.
Los servicios que presta la cofradía suelen ser casos puntuales, colaboraciones concretas "pero también hay personas que la necesitan de forma continuada" porque, continúa, "quien no llega a final de mes, no llega ni este mes, ni el que viene ni el otro". Estas ayudas "no son económicas", les dan "lo que dicen que les hace falta", pero no entregan dinero en metálico", según puntualiza.
