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Obbio: no es un bar, es otra cosa

Música, cine y teatro se encuentran cara a cara cada semana en este pequeño rincón alternativo: un espacio moderno y distinto que admite todo tipo de especímenes humanos. ¿Algún requisito? Sólo ganas de pasarlo en grande.

el 16 sep 2009 / 02:44 h.

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Música, cine y teatro se encuentran cara a cara cada semana en este pequeño rincón alternativo: un espacio moderno y distinto que admite todo tipo de especímenes humanos. ¿Algún requisito? Sólo ganas de pasarlo en grande.

Si como a muchos sevillanos se le pasa la noche del viernes recorriendo la ciudad buscando algo distinto y huyendo de la música radiofórmula, le gustará saber que desde hace ya tres años jóvenes y no tan jóvenes encuentran cobijo tras las puertas de la sala Obbio, un club que puede presumir de estar a la vanguardia en las últimas novedades culturales.

Fotografías de mitos de la música como David Bowie o Freddy Mercury o caras de creadores del cine como Kusturica, Kubrick o Pilar Miró decoran la sala aportándole un aire "muy popero". Así lo define su dueño, Miguel Muñoz, quien está a cargo del local situado en la calle Trastámara desde hace nueve años. El antiguo Taboo es ahora "un espacio que acoge el movimiento indie que se está desarrollando en toda España pero que aún no ha llegado a la capital andaluza", afirma convencido de que "no somos un bar de copas, sino un club con una música de nivel".

Si algo caracteriza a este pequeño rincón es eso: su música, siempre a cargo de los Dj´s que están en la cresta de la ola musical. Pop, rock y los sonidos más ochenteros hacen temblar los tímpanos de un público exigente. Porque a diferencia de otros locales de Sevilla, con pinchadiscos anónimos, Obbio hace gala de los grandes nombres del panorama: Lollypop Dj, Guille Milkyway, Miki Puig, Madrasso, Astrud Dj´s, Florent y yo, o Dj Stereofan son algunos de los que han pasado por su cabina. "Somos una marca de estilo. Quien viene sabe que va a escuchar música muy divertida en un ambiente sano".

Pero no sólo de pista de baile vive Obbio. Su propietario está en contacto directo con las novedades culturales que surgen en el país. "Pretendemos ser una alternativa en todo". Esa ambición hace que por tercer año consecutivo esté triunfando una programación cultural cargada de buen cine en versión original y teatro todos los días de la semana. "Esto no es un cine, es un espacio diferente", matiza.

Movidos por la curiosidad hacia lo desconocido o atraídos por esa diferencia, "toda una selva de gente distinta" llena Obbio cada día.

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