La historia de La Oreja de de Van Gogh y Presuntos Implicados no es nueva. Allá por los 80 el grupo Olé Olé, uno de los conjuntos emblemáticos de la historia del pop nacional, triunfaba en medio de la movida madrileña con su cantante Vicky Larraz. Pasados unos años, el grupo tuvo que hacer frente a una crisis que (aún no lo sabían) tendrían que afrontar hasta en tres ocasiones.
Vicky Larraz abandonó Olé Olé y sus compañeros tuvieron que demostrar que eran capaces de sobrevivir al abandono de una cantante tan carismática y que había cosechado grandes éxitos como No controles o Voy a mil. El éxito quiso buscarlo luego ella en solitario y, aparte de una fugaz participación en el Festival de la OTI, con la canción Bravo Samurai, nunca más se supo de ella.
En su puesto, Marta Sánchez no defraudó a nadie. La nueva hizo que el grupo renaciese y, además, ella se convirtió en el sex symbol patrio por excelencia. El sencillo Lilí Marlen presentaría a esta voz, que no tardaría en dejarlos en la estacada comenzando su carrera en solitario cuando el grupo se le empezó a hacer pequeño, y se convirtió en una de las artistas más importantes a nivel nacional.
Olé Olé intentó comenzar de nuevo con la canaria Sonia Santana como vocalista pero el éxito no se volvió a repetir. Ahora, con entradas y canas, vuelven a intentar triunfar con la joven tinerfeña Marta Domínguez y el disco Grandes éxitos y otras terapias de grupo. Todo ha cambiado en nuestro panorama musical desde los ochenta y quizá sea tarde para hacer surgir desde las cenizas a un grupo que causó fuego popero.
