La rueda de prensa convocada en el taurino Hotel Colón tenía aires de gran acontecimiento. Ya había trascendido que Juan José Padilla venía a contarnos que estaba dispuesto a torear y el torero compareció, rodeado de los suyos, vestido con un terno cruzado de aire retro y un parche negro en el ojo que refuerza su explosiva personalidad, que le presta nuevos matices.
“Padilla vuelve en Padilla. Volveré siendo el Ciclón de Jérez. Estoy dispuesto a ser fiel a mí mismo", espetó el torero para que no hubiera lugar a ninguna duda. El jerezano se liará el capote de paseo el próximo 4 de marzo en la plaza de Olivenza encabezando un cartel que completan Morante de la Puebla y José María Manzanares, con los que lidiará un encierro de Núñez del Cuvillo. Se confirmaban así los insistentes rumores que apuntaban que el empresario José Cutiño contaba con él para el ciclo que en los últimos años abre la gran temporada. “Os prometí que trabajaría hasta lo indecible y sigo en ello.El sufrimiento es parte de la gloria y ahora empiezo a recibirla", señaló el matador explicando que ya se había puesto delante de un toro para probarse en la finca de los Matilla, sus apoderados. “Allí he sentido que estoy perfecto para esta responsabilidad que voy a asumir. Es una decisión muy meditada y estoy muy contento por ello. He estado preparándome en el campo, haciendo mis pruebas y voy a reaparecer porque estoy fuerte y toreo como antes", refirió Padilla volviendo a pedir que “nadie sienta pena por mí; que me exijan como a los demás compañeros porque será un motivo para seguir superándome".
Juan José Padilla también explicó que cuenta con el visto bueno de los médicos para afrontar esta reaparición que proseguirá en ruedos como Arlés y Valencia, en la feria de Fallas. El jerezano también espera estar presente en la Feria de Abril de Sevilla y quiere volver a torear “desplegando todo mi repertorio” y volviendo a empuñar las banderillas, una de las señas de identidad de su tauromaquia.
El Ciclón de Jerez no quiso dejar pasar la ocasión sin hacer una mención emocionada a su familia, “el equilibrio de mi balanza” y a los médicos que le han atendido en estos meses: empezando por el doctor Val Carreres que le operó de urgencia en la enfermería de Zaragoza y concluyendo con el cirujano Alberto García Perla que dirigió la intervención de injerto en el nervio facial el pasado 22 de noviembre.
Padilla rubrica así sus anhelos de volver a vestirse de luces. Era una de las principales premisas que el propio diestro se marcó después de la gravísima cogida sufrida el pasado 7 de octubre en la plaza de Zaragoza a la salida de un par de banderillas. El torero resultó alcanzado en el suelo por un toro de Ana Romero que le atravesó el cráneo. Todo eso quedó atrás: “Estoy fuerte y vengo dispuesto a torear”.
