Estatuas de pan, bocadillos gratis, degustaciones de montaditos y tecnología punta. No es la revisión carbohidratada de Charlie y la fábrica de chocolate, es el Día Mundial del Pan. Una cita para celebrar, pero también para lamentar si eres panadero.
El pasado viernes se celebró el día Mundial del Pan y los profesionales del ramo cambiaron el calor del horno por las actividades al aire libre. En Murcia repartieron 15.000 bocadillos, en Madrid, miles de montaditos, y de una punta a otra de España las calles se adornaron por un día con estatuas esculpidas a golpe de rodillo.
Como colofón, la inauguración oficial de Innopan, el nuevo centro tecnológico instalado en Lleida, que pretende aplicar los avances científicos a las centenarias recetas de la viena y el bollo.
Y es que el sector necesita innovar y reducir costes, porque no es oro todo lo que reluce. El mercado nacional no está aún en una situación crítica, pero se está deteriorando poco a poco. La tendencia a la baja del consumo por nuevos hábitos y la competencia de los productos congelados no apunta a nada bueno.
España produce unos 2.300 kilos de pan al año, de los que cada hogar consume 40 kilos de media y que acaparan el 6,5% del gasto en alimentación de las familias. Dicho consumo es inferior a la media de otros países europeos como Alemania o Francia, que lo superan en más del 25%. No en vano, según los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino el consumo de pan en España descendió el 10% en el primer trimestre del año, mientras que el de galletas, pastelería y cereales creció el 5%.
Esta dinámica afecta especialmente a los artesanos del pan, ya que la irrupción de las piezas ultracongeladas a bajos precios le está quitando clientes. En España existen unos 15.000 obradores de pan y más de 160.000 puntos calientes de despacho. Y están "muy asustados".
Así lo afirma la portavoz de La Cofradía del Buen Pan , Marta Reyes, en declaraciones a este periódico. Explica que a estos profesionales les resulta muy difícil competir en precios porque para "fabricar pan recién hecho de calidad los costes no bajan de los 50 céntimos de euro".
En este sentido, Reyes apuntó que mientras continúe esta tendencia las tradicionales tahonas están en peligro. "Hay que tener en cuenta que estos negocios sobreviven en el tiempo gracias al relevo generacional. Si encima de la crisis estos establecimientos cada vez van más para abajo, los hijos deciden dedicarse a otra cosa más segura".
En la misma línea, Juan Félix Navarro, uno de los panaderos que se sumó a las actividades madrileñas del Día Mundial del Pan, señaló como el principal factor que merma las ventas del sector que la gente no tiene tiempo para ir a comprar el pan todos los días y sustituye el bocadillo de media mañana por un bollo industrial".
Por todo ello, el sector del pan se está sacudiendo el polvo y está apostando por la innovación. De ahí el nuevo centro de investigación y difusión tecnológica del sector del pan (Innopan), que llevará a cabo ensayos de micropanificación y desarrollo de nuevos productos, entre otros proyectos.
En Andalucía también se apuesta por la inventiva. La comunidad acoge a 2.800 empresas que representan al 19% del sector nacional. Una pléyade de empresas familiares que pasan de padres a hijos, pymes de hasta 15 empleados y algunas grandes industrias más mecanizadas. Es la radiografía de esta industria.
En su caso, comentan fuentes de la Federación de Fabricantes de Pan de Sevilla y Provincia (Fepan), resisten los embates de la crisis y los cambios del mercado a través de la especialización y la diversificación de los productos.
Así, destaca la fabricación de panes especiales o propios de la tradición de otros países o los novedosos formatos de los picos y las regañás que gustan tanto en el extranjero. A su vez, para consolidar esta fortaleza, Fepan tiene su propia escuela en la que imparte cursos de nuevas tecnologías aplicadas a la miga.
Lo que sea con tal de evitar aquello de pan para hoy...
