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Paradas rinde un emotivo tributo a Manolo Franco

La Comarcal sirvió de escena el sábado para que, en la clausura de la XVIII Semana Flamenca de Paradas, el gran guitarrista sevillano Manolo Franco recibiera un más que merecido homenaje a su fecunda trayectoria profesional. (Foto: Beni).

el 15 sep 2009 / 02:53 h.

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La Comarcal sirvió de escena el sábado para que, en la clausura de la XVIII Semana Flamenca de Paradas, el gran guitarrista sevillano Manolo Franco recibiera un más que merecido homenaje a su fecunda trayectoria profesional y aptitud humana.

El recinto no llegó a llenarse, quizá porque la televisión local dio el festival en directo y muchos aficionados eligieron la comodidad de quedarse en el sofá. No es ésta la mejor manera de apoyar un evento cultural que lleva 18 años dándole prestigio al pueblo, algo que hay que agradecer a los hombres y mujeres de la Peña Flamenca Miguel Vargas, una asociación cultural sin ánimo de provecho que lleva más de tres décadas trabajando mucho y bien por nuestro arte más genuino. El homenaje consistió en la entrega de la insignia de oro de la Villa de Paradas, que le fue concedida por el alcalde, Manuel Portillo.

Naturalmente, el arte tenía que darse en el escenario y abrió la noche el cantaor granadino Luis Heredia El Polaco que consiguió poner al numeroso público en pie. Algo tuvo que ver en esto su guitarrista, el joven rinconero Manuel Herrera, que dio una lección de cómo se debe conducir el cante jondo.

Manolo Franco ofreció también un breve pero delicioso concierto de guitarra, "que es mi mejor manera de agradeceros el homenaje", dijo muy emocionado por el importante reconocimiento que acababa de recibir. Con Carmelo Picón como segunda guitarra, el cante y la percusión de Cheíto y el compás de Los Mellizos de Huelva, Manolo ofreció una buena muestra de por qué es hoy por hoy quien es.

La noche la cerró una cantaora del barrio de la Macarena, Aurora Vargas, que tuvo una actuación entregada y de un impacto tremendo en el público. Subió al escenario acompañada por un gran guitarrista de Jerez, Diego Amaya, además de por los singulares bailaores El Eléctrico y Rafita. Y como Aurora es una profesional de una vez y una señora del compás, se dejó jirones del alma en el escenario con sus cantes habituales, que impregnaron de perfume gitano La Comarcal. No parecen pasar los años por la guapa artista.

Hay que aclarar que este homenaje es, sencillamente, el reconocimiento de Paradas a quien contribuye con el ejercicio de su arte para que el flamenco sea considerado en el mundo como lo que es, un género musical y dancístico sin parangón.

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