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Primera huelga de jueces

Esta semana se ha celebrado la primera huelga de jueces con un seguimiento real que ha superado el 50% de la carrera judicial en activo, lo cual ha servido para poner de manifiesto que otra vez El Ministerio de Justicia, con su titular a la cabeza, se equivocó...

el 15 sep 2009 / 23:01 h.

Esta semana se ha celebrado la primera huelga de jueces con un seguimiento real que ha superado el 50% de la carrera judicial en activo, lo cual ha servido para poner de manifiesto que otra vez El Ministerio de Justicia, con su titular a la cabeza, se equivocó en sus cálculos de previsión. La situación de colapso ha llegado a tal punto que esta Galera que representa el añejo y denostado Poder Judicial ha sufrido un amotinamiento contra el Almirantazgo que la vende como Invencible y que, sin embargo, hace aguas por todos lados. Literalmente se hunde sin ayuda de tempestades y batallas. Naturalmente quienes han encabezado esa justa y necesaria rebelión han sido los que más sufren las carencias, el hedor insufrible y el racionamiento, es decir, la mayoría de los galeotes encadenados a los remos, seguidos por esa fiel y vieja infantería batida y bregada en los tercios de Flandes que se resisten a ver morir su ideal de Justicia. Es decir la mayoría, aun cuando los capitanes que se refugian bajo la toldilla del castillo de popa sigan fustigando a sus cómitres para que sofoquen la revuelta. Degradación, se afirma que entraña secundar una reivindicación legítima que viene a dar respuesta no a los derechos e intereses de quienes la protagonizan sino de los ciudadanos que exigen una efectiva tutela judicial.

Degradación, por el contrario es negar la evidencia, tergiversar, provocar y mostrar una actitud pendenciera ante la reacción que se ha limitado a un amago sin llegar a una verdadera demostración de fuerza. Esperemos que no sea necesario, porque con huelga o sin ella, dado el hartazgo de la mayoría de esa tripulación desmoralizada y maltratada, si no cambian las actitudes, se cubren las bajas y las provisiones, se remiendan las velas y se refuerza el casco, la situación podrá llegar a ser dramática, pues la boga se ajustará a reglamento y no a ritmo de abordaje, por lo que la Galera, ese gigante con pies de barro, nunca llegará a buen puerto.

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