La primera alineación titular del nuevo Betis europeo / Ond?ej Zlámal
El Betis disputó el primer partido de su historia en la Liga Europa, derrotó al FK Jablonec checo y se colocó en la mejor posición posible para superar el cruce y alcanzar la fase de grupos, que le garantiza encuentros en la segunda competición continental hasta que 2013 esté a punto de desaparecer del calendario. He aquí la fría y sin embargo positiva realidad de la ida del play-off europeo, que a estas alturas de temporada, que ni siquiera son alturas, debe de ser lo más importante. Tiempo habrá, todo el del mundo a día de hoy, para que Pepe Mel corrija y rectifique lo malo que ha ofrecido su equipo en los dos primeros compromisos oficiales del curso, que lo ha habido y en cantidad. Y tiempo habrá para detenerse en la exquisitez del juego y otros detalles que, con una plantilla casi reconstruida por completo, es inviable apuntalar a las primeras de cambio. Nadie nace sabiendo y ningún equipo rinde al 100% desde el minuto 1, aunque llame la atención que la gran coordinación de la defensa frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu degenerase en inseguridad e ineficacia sólo cuatro días después, por poner un ejemplo de lo que tendrá que analizar el entrenador de manera inmediata.
El caso es que el Betis, un mundo después, volvió a mirar a Europa a la cara... y volvió a ganar. La última vez había sido siete años, seis meses y una semana antes, el 15 de febrero de 2006 ante el AZ Alkmaar (2-0). Después, el equipo de Lorenzo Serra Ferrer perdió en Holanda (2-1) pero pasó de ronda gracias a un gol de Melli. Ocho canteranos jugaron aquel encuentro, siete como titulares. En Jablonec sólo hubo uno, Vadillo, junto a cinco refuerzos fichados este verano. Dos de ellos, Sara y Cedrick, proporcionaron los mayores motivos para la alegría de los béticos, aunque también hubo un hueco para el simbolismo. En el once había dos supervivientes del primer Betis de Mel, el que consiguió el ascenso en 2011, y ambos fabricaron el primer gol del Betis en Europa después de siete años y medio. Nacho mandó el pase, Jorge Molina remató el balón y la puerta de Europa se abrió para los verdiblancos. Hay cosas, y hombres, que no cambian en este equipo. Ahora sólo falta que la faena quede confirmada el próximo jueves, con Rubén Castro a ser posible.
