Un indio en Kansas City o un "airgamboy" frente a la Avenida del Greco, un pedestal de la Inmaculada Concepción o un "mueble-bar" que preside la Plaza del Triunfo, la estatua de Pepe Luis Vázquez o un "torero que se ha perdido" en la Maestranza... Algunas piezas escultóricas que hay repartidas por Sevilla no levantan pasiones y empiezan a estar nominadas para abandonar su actual ubicación.
Los expertos han planteado la necesidad de retirar algunas estatuas y, sobre todo, exigen que el Ayuntamiento fije unos criterios estéticos a la hora de seleccionar obras y ubicaciones. Incluso piden que se amplíe el abanico temático más allá del flamenco, la literatura y los oficios de siempre. La mayoría coincide en que hay obras de escasa calidad -lo que admitió el propio delegado de Cultura, Bernardo Bueno-, pero poner nombres en la lista de expulsiones es difícil. No obstante, algunas ya acumulan votos.
Entre ellas está el Indio de Kansas City. El profesor de la Escuela de Arquitectura Juan Sobrino lo pone como ejemplo de la "degeneración" registrada en los últimos 30 años, junto con el Atomiun de Plaza de Armas, la figura de Mozart junto al Teatro de la Maestranza -al que le han quitado su violín en más de una ocasión- y la de Antonio Machín en la Plaza Carmen Benítez, frente a la capilla de Los Negritos. "La escala de todos ellos es ridícula. La Delegación de Cultura o Patrimonio debería tener un planteamiento más serio. No hay estrategia para el tratamiento del espacio público", critica.
En la misma línea, Teresa Lafita, estudiosa de la estatuaria de Sevilla, considera que muchas piezas no dan la talla: "La de los toreros parecen miniaturas. Es un problema de escala". A su juicio, el pedestal de la Inmaculada Concepción de la Plaza del Triunfo "no encaja", algo en lo que coincide Antonio Zoido, historiador y escritor. Para él, la imagen de la Inmaculada de Coullaut Valera es "correcta" -más valiosas son las de Colón de los Jardines de Murillo y el monumento a Bécquer del Parque de María Luisa-, pero el pedestal sobre el que se puso es "malísimo".
Además, sostiene que la estatua de Pepe Luis Vázquez es "muy pequeña, lo que desmerece a este gran hombre", la de Don Juan en la Plaza de los Refinadores "rompe" dicho espacio y el indio de Kansas City "no tiene sentido". Otra que ha "roto" la plaza en la que fue colocada es la de Juan de Mesa en San Lorenzo, según Zoido, mientras que "tampoco casa al lado del arco de la Macarena la de Rodríguez Ojeda". A su juicio, algunas de estas obras no están bien situadas. Además, propone que la figura de Curro Romero se baje del pedestal "para que los turistas se puedan hacer fotos junto a él, como se hace con el Einstein sentado en un banco ante el Parque de las Ciencias de Granada".
El decano de la Facultad de Geografía e Historia, José Fernández López, no quiso desmerecer ninguna obra, si bien afirmó que la estatuaria sevillana "no es de extraordinaria calidad". "No es el mejor de España, pero hay algunas piezas destacables", apostilló. Entre ellas están las de Antonio Susillo: la de Luis Daoiz en la Plaza de la Gavidia y la de Velázquez, del Duque.
Para Lafita, autora del libro Las fuentes y los monumentos públicos de Sevilla (1996), de las calles se salvan, sobre todo, alrededor de 60 obras "históricas", de las más de 200 que existen. Contraria a los bustos y piezas de cuerpo entero típicos del siglo XIX, señala que en la segunda mitad del XX, aunque no se puede generalizar, hubo "intentos aperturistas dentro de una ciudad conservadora desde el punto de vista artístico".
De hecho, destaca obras que ahora mismo están mal conservadas en la Cartuja, sobre todo en el jardín delantero del Monasterio, así como otras ubicadas en barriadas, como el monumento a los presos del Canal del Guadalquivir de Evaristo Bellotti, en Bellavista.
