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Rebeldes de molde

Dicen los raperos que lo suyo es una forma de rebeldía, aunque su semejanza entre ellos invite a dudarlo. ¿Es sólo estética o poseen algo profundo que admita el nombre de filosofía? Prepárese: se le van a romper un par de tópicos.

el 22 feb 2010 / 22:16 h.

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"El rap es el periódico de la calle, una mirada crítica y sin complejos a todo lo que nos rodea", afirma Antonio Delgado (Zontiac, como en el mundillo del hip-hop es popularmente conocido). Dicen ellos que la cultura del hip-hop no sólo consiste en esa indumentaria algo atrevida formada por pantalones de la talla XXL que muestran de forma descarada la ropa interior, camisetas de marca a precios desorbitados o un sinfín de complementos como gorras, pendientes y colgantes ostentosos cuya pedrería y brillo pueden llegar a deslumbrar más que el propio sol. "El rap es una forma de expresión libre a través de la música, sin barreras donde poder descargar tus problemas, tus deseos; en definitiva, tus propias historias", explica Antonio Muñoz Zemoh.

Zontiac, Zemoh, Baghira, Rapport y Chuka son los seudónimos de cinco jóvenes raperos pertenecientes a diferentes barrios de Sevilla y de la periferia, de edades comprendidas entre los 21 y 30 años. Comparten un estilo y una forma de vida común en los que la música (y de los más variados estilos) mueve todas las piezas de sus vidas. Artistas en solitario o grupales como Nach, Eminen, Doble V, Tupac, Xhelazz, Rafael Lechowsky, Sick Jacken, La Comisión, Snoop Dogg, son las influencias más cercanas de esta particular tribu urbana. Pero no sólo la música rap invade los altavoces de los equipos de música de estos jóvenes, sino que, a diferencia de lo que a uno se le puede venir a la mente cuando se hace una idea de este singular grupo de raperos (b-boys o b-girls como prefieren denominarse), muchos cuentan con la inspiración de grandes clásicos o piezas orquestales que llegan a influir más que las propias letras escritas."La mayoría de mi inspiración la recibo de los instrumentos y de composiciones que han salido de mentes maravillosas como Mozart, Brahms o Hans Zimmer, el compositor alemán de El Rey León, que es uno de mis favoritos", explica Manuel Sánchez (Baghira).

Como todos los grupos, esta tribu envuelta en rimas vocales y juego de palabras también cuenta con su grupo de reunión multitudinario. ¿Le suena el término jam? Se trata de una agrupación informal que reúne los elementos más característicos de la cultura del hip-hop y de forma gratuita. En este lugar quedará fascinado con el verdadero arte callejero que llena paredes con graffitis artísticos y movimientos sobre el suelo que lo dejarán boquiabierto al ritmo del atrevido baile urbano o breakdance.

Pero si no quiere esperar a este tipo de reuniones, visite lugares como Micro Libre, en el Polígono Navisa, en el que podrá contemplar en primera persona conciertos de rap, a la vez que disfrutar de otras actividades como cortos de cine, magia, hipnosis y originales monólogos que le harán soltar una buena carcajada. Otro lugar para encontrar a estos jóvenes, es la sala Bandalai (miércoles noche con fiestas funky), el Skate Park de Plaza de Armas o el pasaje de Cajasol en el centro de Sevilla, en el que se reúnen los breakers a ensayar sus difíciles pasos de baile. Sin embargo, "nada como la plazoleta de mi barrio para reunirme con mis amigos y compartir mi afición, no es necesario alejarse demasiado ni visitar ninguna sala en concreto", comenta Alejandra Martín (Chuka).

"La música es cultura y rap significa ritmo y poesía. Siempre he sido amante de la música y la literatura, y con la cultura del hip-hop, uno ambos conceptos", explica Zontiac.

Aún haciendo sus pinitos en algunos conciertos, con maquetas grabadas, o incluso como productores musicales, estos jóvenes admiten que "hacerse un hueco en el panorama musical en la actualidad es algo complicado". Mientras tanto seguirán combinando sus trabajos o estudios universitarios con esta pasión por las rimas en las que las injusticias del mundo sirven para inspirarse y seguir creando. "Muchas personas creen que el rap es un insulto tras otro y no se dan cuentan que tras estas letras hay chavales que se preocupan por ciertos temas", explica Luis Miguel Ruiz (Rapport), "y lo cuentan de una forma similar a como lo pudiera hacer un poeta en otra época".

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