Alrededor de 7.000 personas conmemoraron hoy la liberación hace 63 años del campo de concentración nazi de Mauthausen, donde murieron más de 6.000 prisioneros republicanos españoles.
La conmemoración de este año estuvo especialmente dedicada a homenajear a los prisioneros que habían luchado de forma activa contra el nazismo y el fascismo, según informó la radio pública austríaca (ORF).
A los actos asistieron las máximas autoridades institucionales austríacas, con el presidente, Heinz Fischer, y el canciller federal, Alfred Gusenbauer, a la cabeza. "Este es el lugar desde donde hoy proclamamos que la dignidad fundamental del ser humano es inviolable, en todo lugar y en todo momento", aseguró el jefe del gobierno austríaco.
Ante las atrocidades nazis -dijo Gusenbauer- es imprescindible mantener viva la memoria entre las nuevas generaciones para que nunca más vuelva a producirse una política genocida como la de la Alemania hitleriana, de la que Austria formó parte de 1938 a 1945.
También se recordó la valentía de muchos de los internos, como el médico checo Zdenek Stich, que arriesgando su vida logró salvar a muchos de sus compañeros de la muerte en las cámaras de gas.
El presidente de honor del Comité de Mauthausen, Walter Beck, recordó ante los invitados que ese médico logró, junto a otros prisioneros, salvar a un gran número de internos al cambiarles la identidad por la de otros que ya habían fallecido.
En el campo de concentración de Mauthausen, en la región de Alta Austria, murieron 100.000 personas dentro de la política de exterminio llevada a cabo por la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.
En Mauthausen fueron concentrados la mayoría de los prisioneros republicanos españoles y, de los 8.000 que allí fueron trasladados, sólo unos 2.000 sobrevivieron
