Deportes

Resultado normal en una situación de locos

Balance de una situación de locos: un club que no sabe si se vende, si es que se vende, cuándo se vende, ni quiénes lo compran (?); un equipo que gira en el torbellino de esa situación enloquecida y que perdona al Villarreal por sus errores ante el gol (¿mala suerte, desconcentración?), en la primera parte. Ruleta rusa. Y a boca de cañón, Real Betis Balompié.

el 15 sep 2009 / 16:15 h.

Esta vez, Chaparro no tuvo más culpa que la de sentarse en el banquillo del Betis. En el club llamado Real Betis Balompié, más su circunstancia, se ha llegado a un punto en el que el fútbol y los resultados son lo que menos importa. Lopera puede hacer lo que quiera (?) con BSport, pero ofrece al exterior la inexorable sensación de que va huyendo como puede de un acoso perfectamente organizado por quienes no toleran, entre otras cosas, sus contratos televisivos. El clima que rodea a la institución verdiblanca, víctima de una grave fractura, se ha vuelto insoportable, lleno de miasmas. En estas condiciones, ¿quién podría blindar a un equipo ya de por sí sin confianza y blando de moral...?

En una situación normal, un equipo medianamente normal le hubiera metido ayer al Villarreal cuatro o cinco goles en la primera parte. Por decir una cifra, vamos. El 'Submarino' del almirante Fernando Roig y el comandante Pellegrini apareció con los cables desconectados por tanto trajín europeo. El gol de Damià fue un rédito ridículo para el aluvión de ocasiones del Betis: Emana y Capi, dos por barba. José Mari y el lucero del alba. Tanta faena sólo sirvió para el pinchazo del 0-1: el Villarreal se fue al descanso con las orejas bien puestas y los cuernos y colmillos mucho más afilados que al principio: tanta carga de profundidad sin explotar y tanto pinchazo sin soltar habían sacado del letargo europeo al Submarino.

Al fin, el Betis perdió porque lo mereció. Como por fatalismo: como si estuviera predestinado desde la expulsión de Sergio García ante el Madrid. No merece ganar un equipo que tira por la borda tal cantidad de ocasiones antes del descanso. Tampoco merece ganar, ni merece casi nada, ni siquiera a su heroica afición, un club que, de una forma u otra, termina haciéndose el 'harakiri' en lo que, ahora, sí, es un asco de situación o una situación que da asco. Unos que huyen y otros que se van. ¿Que se van a Segunda...?

  • 1