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Sarkozy termina con el cuadro

Es de imaginar la honda preocupación de los responsables de la televisión basura ante el nuevo estilo del presidente de Francia que no se esconde de nadie a la hora de pasearse con su novia ante una nube de cámaras.

el 14 sep 2009 / 22:24 h.

Es de imaginar la honda preocupación de los responsables de la televisión basura ante el nuevo estilo del presidente de Francia que no se esconde de nadie a la hora de pasearse con su novia ante una nube de cámaras. No hay nada más letal para la abominable prensa con tomate que la ausencia de misterio, y por tanto de exclusivas, en las relaciones de los famosos y famosas. La transparencia instaurada por Nicolas Sarkozy puede llevar a la ruina a los productores de esos programas escritos con pluma de ganso y pésima ortografía cuyo único objeto formal es escarbar en el rumor, inventar mentiras y difamar a quienes no se prestan a su nauseabundo juego de sobreentendidos, medias verdades o simplemente noticias falsas.

Leeré con atención el libro de Yasmina Reza El alba la tarde o la noche que, según avanzaba ayer El País, ha tenido extraordinario eco en Francia precisamente por el ejercicio de transparencia al que se comprometieron desde el principio autora y protagonista. Y en esto estaba, en la duermevela de la siesta, cuando Tele 5 anuncia sensacionales descubrimientos en torno a tres "conocidos" políticos que mantuvieron relaciones con otras tantas no menos "conocidas" artistas españolas. La escritora francesa, a la que el entonces candidato Sarkozy no impuso ningún límite para su proyecto, describe a un político sin dobleces y sin secretos convencido de que "el peor riesgo es no correr ningún riesgo". Y le oye decir al hoy presidente de la República que "la política es un oficio de imbéciles practicado por gente inteligente".

Pero no se detiene ahí. Con posterioridad a la publicación del libro en Francia se hace pública de manera oficial y sin ningún tapujo la ruptura con Cecilia, su segunda esposa, y comienza un romance casi televisado en directo con Carla Bruni. Ayer mismo, ante quinientos periodistas de todo el mundo acreditados en El Elíseo para una rueda de prensa, confirma su noviazgo con esta bella modelo y cantante y le asegura a una colega que pregunta algo más: "Probablemente os enteraréis de la boda cuando ya esté hecha". La natural espontaneidad de este hombre de 1,68 de estatura, leve cojera y sonrisa permanente, que cumplirá 53 años dentro de unos días, es el mejor antídoto contra los buscadores de oro debajo de las biografías y de toda esa jarca deleznable de mal llamados periodistas que ya no tendrán que hacer ignominiosas guardias para retratar por encima de las tapias a todos aquellos personajes que decidan adoptar el método Sarkozy. Gracias, señor presidente.

Es así, como proponiéndoselo y sin darle mayor importancia, Sarko revienta exclusivas y deja inanes los programas con tomate que no podrán seguir practicando su juego favorito: especular, insinuar y calumniar. Esta técnica "informativa" ya no será posible porque políticos como el francés lo muestran todo a plena luz del día. Si cunde el ejemplo; si otros personajes famosos se apuntan a la escuela del presidente galo, el negocio de la TV basura puede tener los días contados.

Francisco Giménez-Alemán es periodista

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