Los presos se han duplicado en sólo 17 años. Los datos registrados por Instituciones Penitenciarias hasta el 9 de noviembre cifran en 67.038 presos los que actualmente están en las cárceles españolas, mientras que en 1990 la media era de 33.035.
A falta de poco más de un mes para que termine el año, en las cárceles españolas ya hay 3.790 presos más que a finales de diciembre de 2006, lo que supone un crecimiento del 6%, es decir, diez reclusos más cada día y 300 más al mes.
Este porcentaje sitúa a España como el país de Europa occidental con más presos por habitante -150 por cada cien mil habitantes-, a pesar de que la tasa de criminalidad está por debajo de estos países.
Sin embargo, este ritmo de crecimiento no ha ido acompañado de una multiplicación del número de plazas del sistema penitenciario español, que cuenta con 77 cárceles.
Colapso. Según explicaron fuentes penitenciarias, existe una sobreocupación del 43% y prácticamente todos los reclusos tienen que compartir celda, aunque los nuevos centros se proyectan para que éstas sean individuales.
Para hacer frente al incremento de la población reclusa, el Gobierno aprobó en 2005 el Plan de Amortización y Creación de Centros Penitenciarios, que preveía la construcción de 11 nuevas prisiones con 18.000 nuevas plazas desde 2006, cuando entró en vigor, hasta el año 2012.
Sin embargo, hasta la fecha no se ha inaugurado ninguna de estas instalaciones, aunque la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP), empresa encargada de la construcción de nuevos centros, está inmersa en las obras de cuatro cárceles: Levante I, Castellón II, Madrid VII y Morón de la Frontera (Sevilla).
