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Sevilla debe estar donde se cuecen los negocios

De unos años a esta parte, conforme se acercan las fechas de celebración de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) se plantea el debate sobre los beneficios de la asistencia a un evento en el que, como dice un destacado dirigente del sector, "casi todos van a vender algo y casi nadie va a comprar".

el 15 sep 2009 / 21:54 h.

De unos años a esta parte, conforme se acercan las fechas de celebración de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) se plantea el debate sobre los beneficios de la asistencia a un evento en el que, como dice un destacado dirigente del sector, "casi todos van a vender algo y casi nadie va a comprar". La respuesta es evidente. Sevilla es una ciudad en cuyo producto interior bruto pesan muy mucho los ingresos provenientes del sector turístico y no puede permitirse el lujo de plantearse una reflexión de este tenor. Aunque haya dudas sobre lo que puede ganarse en Fitur, siempre es mejor estar en los sitios donde se cuecen los negocios que ausentarse de ellos, como demuestran, por ejemplo, los contactos hechos por los técnicos de Turismo de Sevilla, que abren la posibilidad de que se amplíe la cartera de eventos de 2009 de los 64 confirmados a fecha de hoy a los 90. Otra cosa bien distinta es que la oferta que está presentando Sevilla en esta feria sea la más adecuada. La capital andaluza tiene tanta potencialidad por sí misma que casi se vende sola, pero en un mercado tan reñido como el turístico no se puede acudir a un acontecimiento de este calado con un catálogo de propuestas en el que apenas se aprecia un esfuerzo de creatividad. A la oferta de productos habituales (Semana Santa, Feria, Bienal de Flamenco...) se agregan este año como novedades la creación de la oficina Sevilla Convention Bureau, una nueva página web y un manual de ventas de la ciudad. Ni la oficina ni el manual son proyectos que estén ya en marcha, y en cuanto a la nueva página web, que contiene una gía detallada de la ciudad, es lo menos que se puede despachar en un mercado cuyas pautas de trabajo han cambiado de forma radical con la consagración de internet como el instrumento más utilizado por casi todos para la confección de sus viajes de ocio. La crisis implica un esfuerzo de austeridad, pero no prohíbe la imaginación.

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