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Sevilla no vivía una tragedia igual desde el Bazar España

Ha sido el incendio de este tipo más grave en la última década.

el 09 feb 2010 / 21:33 h.

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La tragedia en el geriátrico de Nervión es de las más graves que se recuerdan en Sevilla por el número de muertos. En el resto de España, tiene el triste récord de ser el incendio en un centro de mayores que más víctimas ha provocado en la última década. En los últimos diez años, al menos 32 personas han muerto por incendios de este tipo, incluidos los fallecidos la madrugada de ayer.

Hasta este siniestro, el fuego que costó más vidas en un geriátrico se produjo el 28 de marzo de 2006, cuando cinco ancianos murieron en un centro de San Lorenzo de Brindis de Massamagrell (Valencia). Antes, en mayo de 2007 fueron tres los ancianos que perdieron la vida debido a las quemaduras sufridas en el fuego ocurrido un día antes en otra residencia valenciana. En 2008, se contabilizaron tres muertos en dos incendios y en 2009, otro hombre calcinado.

Otro incendio ya mató a una mujer de 102 años en Sevilla en 2002. En la madrugada del 24 de julio, el fuego llegó a la esquina de Pérez Galdós con Boteros también en un asilo. En esa ocasión, sólo hubo que lamentar esta víctima, que dormía en la última planta.

En Sevilla, las páginas de sucesos se han visto salpicadas de elevadas cifras de difuntos en más de una ocasión en los últimos años. Pero quizás la tragedia que más se recuerde -tanto por el número de muertos como por la fecha en la que se produjo- fue la que le costó la vida a cinco personas en el Bazar de España que, el 31 de diciembre de 1998, pasadas las 15.30 horas de la tarde, esperaban el autobús en la avenida de Miraflores. Entonces fueron un muro del antiguo bazar -el único que quedaba en pie tras la demolición del resto del edificio unos meses antes- y los fuertes vientos de más de 85 kilómetros a la hora los que hicieron saltar las alarmas y decretaron dos días de luto oficial en la ciudad. Fueron cuatro los que fenecieron en el momento de la caída del muro, de entre 22 y dos 55 años. La última fallecida, de 17, lo haría sobre una mesa de operaciones.

Un mes antes, fue el fuego que se declaró en uno de los edificios de Residencial Oriente el que hizo que la tragedia rozara el calificativo de desastre. Una chispa de un soldador prendió con el material del que estaban hechos los balcones del bloque, placas de resina de poliéster, e hizo arder 22 viviendas casi de forma inmediata y durante varias horas. En el fuego, murió un hombre impedido de 65 años que no pudo escapar de la virulencia de unas llamas que provocaron una densa humareda en la avenida de Kansas City.

Y entre las desgracias provocadas por un cúmulo de fatalidades -con responsabilidad humana- se encuentra también el suceso de muebles Peralta, que el pasado día 3 cumplió su décimo aniversario. En febrero de 2000, varios centenares de personas se agolpaban a las puertas de esta gran superficie a la espera de poder adquirir un sofá orejero por 3.000 pesetas, una rebaja que resultaría mortal. Cuando las puertas se abrieron, los compradores se lanzaron en busca de la ganga y se vieron atrapados por la caída del suelo de la entreplanta, que avisó de su desplome con un fuerte estertor. Cuatro personas murieron días más tarde.

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