Tras el rechazo de Carmen Thyssen a la instalación en Sevilla de una selección de cuadros de pintura andaluza de esta famosa colección, llegan dos noticias que amortiguan el impacto negativo de este anuncio y merecen la felicitación pública a sus protagonistas: la ciudad contará con la colección de cerámica de Carranza y con las valiosas piezas que guarda en su casa de la Plaza del Museo Mariano Bellver. En ambos casos, tras unas negociaciones complejas que han sufrido todo tipo de avatares que incluyen más de una incomprensión mutua y algunos recelos injustifcados. Al final, ha ocurrido lo más lógico: dos colecciones ligadas hasta la médula con la capital andaluza se quedarán en Sevilla y serán expuestas al público. La primera, la de Carranza, en el Alcázar y en el futuro museo de cerámicas de Santa Ana, y la segunda en un lugar aún no concretado, aunque es deseo de su propietario que sea en el Palacio de Monsalves.
