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Sevilla vista por la cámara de Martín Cartaya

Un libro compendia la memoria gráfica de la ciudad desde 1950.

el 04 feb 2012 / 18:24 h.

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La cabalga cuando iba tirada por mulas.

Del cardenal Bueno Monreal al actual arzobispo Juan José Asenjo Pelegrina. De la nevada de 1954 a la soleada mañana de la beatificación de Madre María de la Purísima, con la Macarena por testigo. De la visita del Papa Juan Pablo II a Sevilla en 1982 al enlace de la infanta Elena en la Catedral en 1995. De la Feria del Prado a los últimos triunfos del maestro José María Manzanares en el coso del Baratillo. De la procesión del Santo Entierro Magno de 1965 a la última mojá de la cofradía del Polígono. La cámara de Jesús Martín Cartaya (Sevilla, 1938) regala a Sevilla el más sublime álbum gráfico de sus últimos 60 años de vida, de la ciudad ya desaparecida, de la que es y de la que emerge cada día en altura en ese rascacielos, la polémica torre Pelli, que araña los cielos de la Cartuja.

De la mano de la Delegación de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla ve la luz el libro Sevilla en blanco, negro y color, una selección de casi 370 instantáneas del amplísimo archivo de Martín Cartaya glosadas, sólo en contadas ocasiones, por la atinada palabra del historiador Álvaro Pastor Torres (Sevilla, 1966).

Con un cuidado formato, por sus más de 200 páginas desfilan escenas de la vida cotidiana de la ciudad, de sus fiestas populares, de sus acontecimientos históricos y de sus personajes más o menos singulares.

En blanco y negro y color. El libro se articula en dos grandes bloques: Sevilla en blanco y negro (compuesto por 274 fotografías) y Sevilla en color (92 fotografías). El primero, que compone el grueso del libro, se divide a su vez en cinco sabrosos capítulos: La Sevilla que se fue y la que no pudieron llevarse, donde aparecen momentos irrepetibles y lugares ya desaparecidos como el teatro San Fernando, la Feria del Prado, las arriás, la nevada de 1954, el tren por las Delicias o la Cabalgata del Ateneo tirada por mulas; Sevilla con sevillanos o forasteros, impagable galería de personajes por la que desfilan desde el mudo de santa Ana hasta Antoñito procesiones, los maestros de la cámara Serrano y Luis Arenas, o Vicente el del canasto; Fías, porfías y cuestión de cofradías, con impagables instantáneas de una Semana Santa ya desaparecida; Toros en Sevilla, con magníficos retratos de la gente del toro y con estampas de la gloria y la tragedia en el coso del Baratillo; y, por último, Y Triana se va al Rocío, con la peregrinación de la hermandad trianera hacia la aldea y su cohorte de gente famosa que suele acompañar al simpecado cada año.

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