Silvia Abascal (Madrid, 1979) es una actriz que, a pesar de contar con sólo 30 años, acumula ya en su haber una dilatada experiencia profesional. Su primera gran oportunidad en eso de representar un papel se la dio el prestigioso Chicho Ibañez Serrador al ficharla, en 1992, para uno de los programas con más éxito de la televisión: Un, dos, tres... responda otra vez. Allí compartió vivencias con Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca, los encargados de conducir el espacio, ya a edad muy temprana. Sin embargo, esta edición del Un, dos, tres tan sólo dura en antena dos temporadas, por lo que en 1993 Abascal se encuentra, laboralmente hablando, soltera y sin compromiso. De todas formas, aún es pronto, solamente tiene 14 añitos. Aun así, esta joven no se desanima en absoluto y sigue presentándose a castings y más castings hasta que, no a mucho tardar, la eligen para un papel con el que, sin duda, se ganó gran parte de la fama que ahora le precede.
Aquello sucedió en 1994, en plena adolescencia de la madrileña, y la serie era Pepa y Pepe, de nuevo trabajaba en Televisión Española. Su papel de Clara, la hija mediana de Veronica Forqué y Tito Valverde, le valió los primeros reconocimientos. Tanto habrá marcado su trayectoria artística esta serie que repetiría en algunas de sus tramas: en El comisario, de nuevo hija de Tito Valverde, y en Aquí no hay quien viva, hermana pequeña de la protagonista María Adánez (la pija) en una colaboración que duró varios capítulos. Pero, antes de que esto llegase, la actriz seguía acumulando más y más experiencia en su currículo. Cuando termina Pepa y Pepe en 1995, la madrileña ya tiene pie y medio en su siguiente proyecto, la serie Turno de oficio, de éxito más bien cuestionable.
Pero Abascal sigue y sigue, un parón de un año y vuelta a empezar: por tercera vez consecutiva forma parte del reparto de una de las series de éxito de Televisión Española, la teatral Hostal Royal Manzanares, junto a Lina Morgan. Ya entonces, con 20 años, la edad con la que muchos empiezan, ella repite como hija de Tito Valverde cuando aterriza en El Comisario.
De camino que va labrándose esta senda en la televisión, hace sus primeros pinitos en la gran pantalla. Películas como El tiempo de la felicidad (1996) o La fuente amarilla (1998) dan buena muestra de ello. Aunque el éxito que consigue es bastante escaso.
La primera gran película en la que participa es El Lobo, que narra la historia de un infiltrado ETA durante la Transición. Con un papel secundario (a la sombra de las grandes figuras del filme: José Coronado y Eduardo Noriega), Abascal consigue una nominación como mejor actriz de reparto en los premios Goya. Precisamente, con Coronado coincide en la serie televisisva Acusados, donde también trabaja junto a Blanca Portillo.
Desde que era una niña hasta ahora, sus experiencia no ha parado de crecer: cine, televisión, teatro y varios premios y nominaciones dan buena cuenta de una carrera que comenzó, a pesar de su juventud, hace ya 18 años. Ahora estrena La herencia de Valdemar, un filme de misterio en el que de nuevo está acompañada de un reparto de lujo, en el que destaca el fallecido Paul Naschy. Aunque sigue aprendiendo, pronto será ella quien pueda dar lecciones de la profesión.
