La falta de fluido eléctrico ha terminado por afectar a las centrales que suministran de agua a estas localidades y los vecinos se aprovisionan ahora de botellas en los supermercados próximos para cubrir necesidades.
La Bisbal d'Empordá, un punto en el que muchos conductores tuvieron que pernoctar la noche del lunes, continúa sin luz, al igual que algunos municipios vecinos como es el caso de Parlavà o Rupià, donde tampoco llega la línea de teléfono fijo y continúan los problemas con la de móvil.
Las radios alimentadas con pilas se han convertido en un bien preciado, al igual que las velas o la sal para deshacer el hielo que cubre la mayoría de calles de estas localidades y que impide a muchos vehículos desplazarse con normalidad, pese al trabajo de agricultores que han utilizado sus tractores y maquinaria pasada para despejar calzadas y carreteras.
La situación es común en un buen número de municipios de Girona que elevan el número de ciudadanos sin electricidad en sus casas hasta los casi cien mil.
Pese a los mensajes desde la administración, los operarios de Fecsa-Endesa que toman nota de las averías manifiestan su desconocimiento sobre el tiempo que tardará en regresar el fluido eléctrico, pese a que algunos tendidos que han caído eran de reciente instalación.
De momento, algunos comerciantes con generadores para mantener la refrigeración de productos perecederos prestan los interruptores a vecinos para que carguen sus teléfonos móviles, aunque los problemas actuales obliga en algunos casos a desplazarse en coche hasta un punto donde aparece la cobertura.
