El informe preliminar de la autopsia de Mari Luz, la niña de 5 años desaparecida en Huelva el 13 de enero y hallada muerta en la ría dos meses después, no ha arrojado ninguna pista concluyente. La investigación policial no cuenta con un sospechoso claro, aunque está pendiente de los exámenes entomológicos de la fauna cadavérica.
El análisis del cadáver de Mari Luz, que fue hallado flotando el 7 de marzo en el muelle petrolero por dos trabajadores de Cepsa, no ha arrojado luz al caso en cuanto a las personas que han podido estar implicada en el suceso. A priori, del cuerpo de la niña no se han podido extraer muestras biológicas o químicas que incriminen directamente a alguien.
No obstante, tanto el juzgado de instrucción número uno, que ha decretado el secreto de sumario, como los investigadores de la Policía Nacional, están pendientes de los resultados de los análisis que los geólogos de la Universidad de Huelva están practicando a la fauna cadavérica. Éstos determinarán el día exacto de la muerte, aunque ya se conoce que fue en las 24 horas posteriores a su desaparición, y el lugar por donde el cuerpo fue arrojado al río Tinto, una vez que la niña falleciera por asfixia.
Además, quedan pendientes pruebas toxicólogas y los resultados relativos a las manchas que tenía la ropa de la pequeña, que estaba intacta a pesar de que su cuerpo estuvo casi dos meses flotando en la ría de Huelva.
Mientras el Instituto de Medicina Legal (INM) redacta las conclusiones de la autopsia practicada a Mari Luz, los agentes que dirigen la investigación continúan con los interrogatorios. Según ha podido saber este periódico, desde que apareció el cadáver los agentes han practicado nuevas diligencias, pero tampoco han dado luz al caso.
En este sentido, estas mismas fuentes no supieron precisar aún si la muerte de Mari Luz se debió a un acto criminal o, por el contrario, a un accidente. Si se trató de un asesinato también se desconoce el móvil, debido a la ausencia de testigos y de muestras del cadáver.
Los primeros análisis descartan la agresión sexual
Por otro lado, los padres de la pequeña, Juan José Cortés e Irene Suárez, tratan de superar este duro golpe. El portavoz de la familia, Luis Molina confirmó que ninguno de los dos ha podido retomar todavía sus trabajos en la empresa de materiales de construcción y la venta ambulante, respectivamente.
Ahora tratan de superar lo que le has pasado y sólo esperan que se haga justicia", añadió el pastor de la Iglesia Evangelista. Molina informó que, por el momento, no se realizará ningún homenaje a la pequeña, tal y como se habló en su día. "No es el momento, los padres deben recuperar la normalidad", añadió.
