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Sin ritmo de remontada

CRÓNICA. El Betis quedó apeado de la Copa del Rey tras caer derrotado en Almería (2-1). El equipo verdiblanco se mostró serio pero carente de la mordiente necesaria para voltear la eliminatoria. (FOTOGALERÍA)

el 17 dic 2014 / 00:05 h.

El centrocampista del Betis Xavi Torres disputa un balon con Jonathan Sundy Zongo, delantero del Almería. EFE/Carlos Barba El centrocampista del Betis Xavi Torres disputa un balon con Jonathan Zongo, delantero del Almería. EFE/Carlos Barba FOTOGALERÍA Avisó Juan Merino en la previa que en su cabeza no entraba reservar jugadores, siempre con el mejor once posible en mente. Lo hizo a medias, como se presumía desde el inicio. No obstante, llamó la atención la ausencia de Rubén Castro, quién saltó a disputar los últimos 25 minutos con el marcador ya en contra. El partido se disputó en un contexto de igualdad y de ritmo más bien bajo y trabado. Lo cierto es que el papel del Betis, con el balón en los pies, fue incluso algo más agradable que en las últimas semanas. Agradable a secas. Es decir, no abusó del juego directo de forma compulsiva, en favor de la combinación, siempre que fuera posible. Se pudo ver, incluso, al propio Merino disgustado en la banda por algún que otro punterazo al frente sin sentido. Aunque, al fin y al cabo, sólo fueron intenciones estériles con poca profundidad y ritmo, sobre todo. Jorge Molina y Rennella, en sendos cabezazos, pudieron poner en ventaja a los verdiblancos en la primera mitad. Nuevamente Dani Ceballos logró dotar al equipo heliopolitano de algo de rigor con el esférico en su poder en una medular formada por un Xavi Torres espeso y un Lolo Reyes muy desdibujado. El equilibrio que pretende el técnico linense se plasmó durante la primera media hora, hasta que el Almería encontró el filón de cómo generar peligro al marco de Dani Giménez. El preludio fue una ocasión de Thievy tras robar un balón al mediocentro alicantino en zona altamente peligrosa. Los verdiblancos se marcharon todavía vivos al descanso. La igualdad dejaba entrever que el choque se podría dilucidar a balón parado, y hasta el momento, el Betis había tenido sus opciones en ese tipo de estrategia. Por el contrario, fue el lateral brasileño Michel quien estrenó el marcador tumbando las opciones de remontada bética. A pesar del golpe, no cesó en su empeño de generar el equipo de Merino, algo descompensado por la falta de acierto e intensidad de alguna de sus piezas. Y la batalla que plantearon los nuevos pupilos de Juan Ignacio Martínez, dicho sea de paso. El delantero burkinés Jonathan Zongo sorprendió a Dani Giménez desde 30 metros para acabar de dilapidar la esperanza, aunque no el carácter de un Betis que prosiguió con más voluntad que ideas y fútbol. Perquis avivó la eliminatoria y Rubén Castro pudo incluso empatar desde los once metros tras un claro penalti de Julián sobre Jorge Molina, pero el delantero canario estrelló el balón al larguero enviando el rechazo fuera. Ese fue el último coletazo de un descafeinado partido de vuelta donde los verdiblancos, con espadas de madera y sin creer en la remontada, prefirieron rodarse mirando de reojo a la competición y al rival que verdaderamente les atañe: la Liga y el Racing.

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