Economía

Socializar el ibérico no resta prestigio. Malo sería que sólo lo comieran siete

Comenzó vendiendo con un pequeño coche y ahora controla una gran parte de las ventas de productos ibéricos de Sevilla. El presidente y dueño de Jamones Badía no quiere parar ahora. La firma abrirá otro 'cash' en Carrión de los Céspedes en junio. (Foto: Juanma Rodríguez)

el 15 sep 2009 / 02:05 h.

Comenzó vendiendo con un pequeño coche y ahora controla una gran parte de las ventas de productos ibéricos de Sevilla. El presidente y dueño de Jamones Badía no quiere parar ahora. La firma abrirá otro 'cash' en Carrión de los Céspedes en junio.

-¿Cómo comienza la andadura de Jamones Badía?

-Empezamos en la calle, con un cochecito repartiendo y vendiendo y, al cabo de varios años, cuando cumplí 40, decidí montar una tienda pequeña en Tomares. A partir de ahí hemos seguido una política de crecimiento continua.

-¿Dónde radica su éxito?

-Se debe a la política de calidad-precio que revisamos de forma constante. Tanto el profesional que viene a comprar mil jamones como el que se acerca a por uno solo encuentran el mismo precio en nuestros establecimientos. Es la mejor manera de hacer las cosas y el tiempo me ha dado la razón.

-¿Cómo resumiría la filosofía de Jamones Badía?

-Me empeño en encontrar la calidad, la detecto, la busco y, al gustarme hacerlo, soy peleón a la hora de defender los precios, por eso los consigo a unas inmejorables condiciones. Espero los momentos, sé cuándo hay que comprar. Y para el cliente, un buen trato y los mejores precios de España. Aquí se ha contribuido mucho a que la gente pruebe el ibérico y a desarrollar una cultura en torno a él gracias a nuestros precios, que son bajos.

-¿Cómo ha sido su política de crecimiento durante estos años?

-Desde la primera tienda en Tomares, hemos ido ampliando y ampliando y seguimos. La pasada semana inauguramos una en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y en junio abriremos una grande con 2.500 metros cuadrados en Carrión de Los Céspedes, que tendrá cafetería. Estamos pendientes de otros negocios para seguir creciendo.

-¿Cuántos cash tiene Badía?

-Ahora mismo cuatro, al que se sumará el nuevo de Carrión, que ha supuesto una inversión de 500 millones de pesetas [3 millones de euros].

-¿Tiene previsto llevar este modelo de negocio fuera de la comunidad andaluza?

-De momento no. Si surge algo que es interesante se sale, pero tiene que salir por sus pasos, no vamos buscándolo.

-Pero sí tiene una fábrica en Guijuelo. ¿Cómo le va allí?

-Está abierta desde junio de 2007 y está despiezando 450 cochinos diarios. Es la única que tenemos por ahora.

-Pero sus productos proceden de todas las zonas relevantes del ibérico.

-De todas partes. Yo soy el que los escojo y el que peleo los precios y doy el visto bueno para que entren los mejores productos.

-Con esta política de precios tan ajustados, ¿cómo quedan los márgenes de beneficios?

-La política de la empresa es distinta a la de otros establecimientos, porque a lo mejor tienen unos márgenes de los que no se pueden bajar. Mi caso es distinto. Aquí se sacrifican beneficios donde otros no pueden hacerlo. Un crecimiento como el nuestro es posible gracias a más trabajo y a más inversiones.

-¿Cómo valora el desembarco de grandes multinacionales en el sector del ibérico?

-Creo que no están preparadas, porque un negocio como éste necesita de una cultura del ibérico que es muy complicada de poner en marcha. Aquí viene gente de empresas importantes y admiran cómo tenemos todo montado. Las multinacionales que se han pasado del blanco al ibérico no son competencia nuestra, porque normalmente venden a las grandes superficies más caro de lo que yo vendo al público. Para que alguien nos hiciera competencia tendría que trabajar como nosotros, y a nadie le interesa hacerlo con unos márgenes tan ajustados.

-¿Qué le parece la idea de que al haberse socializado el ibérico, éste haya perdido prestigio?

-El que piense eso está equivocado. Se habla de llegar a China o Estados Unidos, pero en España el 70% de la población no sabe qué es el ibérico. Hay que vender primero aquí, y los precios están bajando porque hay más cochinos y porque se comercializa mejor. Al revés, coge más categoría porque hay más gente que valora sus calidades. Lo que sería malo es que sólo siete pudieran comerlo.

-¿Cómo está creciendo el negocio en los últimos años?

-Sobre un 20% y cerramos con 5.000 millones de pesetas [30 millones de euros) de facturación en 2007, aunque la desaceleración se está notando. Estamos vendiendo lo mismo que el año pasado, no estamos incrementando. Lo que subamos será gracias a la apertura del nuevo cash. De todos modos, también la gente que tiene problemas para llegar a fin de mes se llega a nuestros establecimientos porque compran por 30 euros lo mismo que en otros sitios por 50.

-¿Van a seguir con la política de inversiones?

-Después de abrir en Sanlúcar, hemos pensado hacer algo en El Puerto de Santa María o Jerez de la Frontera. Ese público tiene mucha cultura del ibérico. Queremos crecer por esa zona, pero con cash grandes. Ir a por todas.

-¿Cuántos jamones puede comercializar Badía en un año?

-Entre jamones y paletas, unas 200.000 piezas. Donde más se vende es en Sevilla, por la cultura que hay del ibérico. La gente se ha ido adaptando a este tipo de productos. El año que viene, por ejemplo, se va a vender muy barato, porque se ha matado mucho. El que tradicionalmente ha comprado jamón blanco, ahora puede cambiar al ibérico a prácticamente el mismo precio. Así se educa a la persona a comer ibérico.

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