¿Se van a adelantar las elecciones andaluzas? En absoluto. Así de tajante tuvo que responder la presidenta de la Junta, Susana Díaz, a los periodistas en los pasillos del Parlamento después de que el adelanto de las autonómicas planeara sobre el último pleno ordinario del año. En realidad esta hipótesis es un runrún que está ahí desde que Díaz tomó el relevo de José Antonio Griñán en septiembre, un soniquete avivado por informaciones periodísticas, cálculos electorales o por los roces del pacto de Gobierno entre PSOE e IU. El líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido, aprovechó este flanco y auguró que la presidenta sostendrá la legislatura lo que la corrupción le permita.
El adelanto de las autonómicas es una posibilidad que el propio Griñán nunca descartó. La dificultad de elaborar los Presupuestos por la soga del déficit impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy y los tirones con los socios en la Junta por cuadrar los números serían las razones más poderosas para convocar los comicios antes de tiempo (tocan en 2016). Susana Díaz ha heredado este difícil contexto y hace unos días, en una entrevista a ABC, aseguró que su intención es agotar el mandato pero que no se lo están poniendo fácil. Ayer algunos medios de comunicación volvían a apuntar a esta opción y la presidenta de la Junta tuvo que negarlo en los pasillos de la Cámara. En absoluto, zanjó. Pero ya hay líderes socialistas que barajan el adelanto electoral y que vaticinan una victoria por goleada de la dirigente socialista, que en tres meses se ha convertido en un referente incontestable. El líder de los socialistas en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, auguró ayer que Susana Díaz se saldría del mapa. Si las andaluzas se celebraran por ejemplo en primavera, a PP e IU les pillaría sin candidato o con un cartel electoral recién elegido.
En este momento, el partido que tiene un mayor problema de candidato es el PP-A, a la espera de que Rajoy autorice la sucesión de Zoido. El alcalde de Sevilla vinculó la duración de la legislatura a cómo avancen los casos de corrupción que afectan al Gobierno andaluz. El jefe de la oposición y la presidenta volvieron a enzarzarse en un bronco debate con la corrupción como protagonista. Los populares repiten como un mantra el mismo mensaje: que Susana Díaz ha heredado la responsabilidad en el caso de los ERE. Zoido le espetó que es la hija política de la corrupción y le reprochó que no haya sido capaz de soltar amarras con los escándalos que salpican a Junta y PSOE. Criticó su tibieza con la crisis de UGT-A le ha caído enterita, le dijo y volvió a reclamarle que se persone en la causa contra el sindicato y que muestre los expedientes de ayudas que la Junta está analizando. Díaz, que se remangó para la réplica al líder popular, afeó la doble moral del PP con la corrupción y reiteró su promesa de transparencia y mano dura. En la lucha contra la corrupción no me van a ganar. Podrán igualarme, pero ganarme no, afirmó. Avisó de que lo que pretende el PP al pedir todos los expedientes de ayudas a UGT es confundir, que no se sepa la verdad.
