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El PSOE andaluz apoya que el futuro líder nacional sea elegido por los militantes

Susana Díaz pide a los socialistas andaluces que no se “distraigan” con cuestiones internas. “No hay que temer a los cambios”, advierte la presidenta en el Parlamento andaluz.

el 28 may 2014 / 13:07 h.

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susana-diaz La presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz (c), junto a miembros del partido, llegando al Parlamento regional en Sevilla, donde ha presidido una reunión con el grupo socialista. Foto: EFE/Julio Muñoz Que voten los 250.000 militantes del Partido Socialista y no un millar de delegados elegidos por cada agrupación. Esa es la novedosa fórmula que destacados dirigentes han puesto sobre la mesa y que ya Alfredo Pérez Rubalcaba está sondeando con los diferentes barones. Lo que dijera Andalucía, la federación más potente y determinante por muchos motivos en el próximo congreso federal de julio, iba a ser crucial y ayer movió ficha y se posicionó a favor del nuevo método. Al PSOE andaluz «no le suena mal» que en la elección del futuro secretario general pueda participar la militancia. Así se expresó el secretario de Organización del partido, Juan Cornejo, después de que este debate se haya abierto en el seno del partido y posibles aspirantes como Eduardo Madina o Carme Chacón hayan dejado claro que quieren un congreso abierto a la militancia. Una fórmula muy novedosa que daría la voz a la mayoría e invalidaría el poder del aparato para controlar los cambios. Voces veteranas como Manuel Chaves o Ramón Jáuregui están en contra. Los socialistas andaluces no han ocultado que eran partidarios de adelantar el congreso federal a las primarias. Un cambio en el calendario que no comparten muchas federaciones y militantes, que están organizándose para pedir nuevas fórmulas de elección más abiertas y conectadas directamente con la sociedad. Sobre esa elección abierta a los militantes aún no se habían pronunciado en Andalucía. Eso sí, el número dos dejó claro que debe de ser la ejecutiva federal la que haga una propuesta sobre el método. Lo que está claro es que Susana Díaz sigue siendo la socialista más perseguida por los focos y las cámaras. La presidenta de la Junta compareció ayer ante su grupo en el Parlamento andaluz con un mensaje: no quiere que los socialistas andaluces se distraigan en cuestiones internas. Será muy difícil, casi imposible, en un partido desconcertado que bulle ante el relevo de su cúpula. Ante una sala abarrotada, con rostros de satisfacción por los resultados obtenidos en las últimas elecciones europeas, Díaz advirtió: «Ni las dificultades ni las cuestiones orgánicas e internas nos pueden distraer». Un día después de que insistiera en que su prioridad es Andalucía y sin que se haya despejado aún de forma clara cuál es su futuro político y si optará a dirigir el PSOE, la secretaria general de los socialistas andaluces, el «referente nacional» del PSOE para la mayoría de su partido, ha dejado claro su convencimiento de que el próximo congreso federal tiene que ser como el que se celebró en Andalucía hace solo cinco meses y que la aupó a la cima del partido. Una cita interna «por el bien del país». «No hay que temer a los cambios», defendió, segura de que los cambios acontecidos en el PSOE andaluz en los últimos ocho meses son los que han salvado los resultados electorales de la pira general que ha prendido en España. Los socialistas andaluces jugarán a llevar la voz cantante en el próximo congreso federal, no solo por el peso indudable de esta federación sino también porque acaparan el mayor poder institucional con el Gobierno de Andalucía y son los únicos que han obtenido unos resultados electorales positivos el pasado 25 de mayo, a diez puntos de distancia del PP. Díaz sacó pecho por recuperar la mayoría en Andalucía, advirtió a los diputados de que «no hay tiempo para celebraciones» e insistió en que la prioridad es la creación de empleo. Defendió que en Andalucía se ha preservado la sanidad y la educación públicas –«aquí no hay mareas blancas ni verdes»–. Una apuesta, admitió, a costa de los salarios de los empleados públicos. «Hay que devolverles ese esfuerzo», prometió. Díaz anticipó que los tiempos políticos en Andalucía serán duros tras la caída del PP en las urnas. «Enfrente tenemos una derecha herida por una derrota sin paliativos», señaló. Sobre su futuro, ninguna pista nueva. El dos del PSOE-A dejó claro que «la única persona que puede manifestarse es ella y no lo ha hecho. No ha avanzado ninguna decisión». Durante su intervención a puerta cerrada en el grupo socialista, Díaz tampoco dejó ninguna posibilidad cerrada, según varios asistentes. La presidenta de la Junta insistió ante los diputados socialistas en que su principal preocupación es preservar la presidencia del Gobierno andaluz, dejando claro que no piensa ponerla en riesgo y asegurando que Andalucía está por encima de todo lo demás. El exsecretario de Organización del PSOE andaluz, Luis Pizarro, expresó, como ya había hecho Chaves, su rechazo a la fórmula de un militante, un voto. Fuentes socialistas señalaron que Díaz no se pronunció sobre esta posibilidad aunque sí se refirió a la irrupción de Podemos para dejar claro que el PSOE está muy lejos de ser una formación «ácrata», haciendo una llamada a la sensatez y al sentido común. La líder socialista insistió en trasladar a los diputados que fue Rubalcaba quien la llamó para trasladarle su hoja de ruta y ella se limitó a darle su respaldo.

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