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"Tira, tira, que ésta es la foto, niño"

¿Quién dijo que las setas son indigestas? Las de madera y hormigón son la nueva Campana pero sin ‘pay per view’.

el 17 abr 2011 / 20:32 h.

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"No están mal, pero no es el sitio". La frase se repite más entre los sevillanos que el famoso adobo de Blanco Cerrillo. Los extranjeros, desprejuiciados, hablan de "una estructura curiosa y original". Eso sí, llegan los pasos y adiós al debate.

No me puse a contar, pero bajo los parasoles de la Encarnación, esa suerte de gigantesco platillo volante de hechuras raras que nos ha aterrizado en plena Encarnación para quedarse, cabían ayer miles de criaturitas, que diría uno que ya no pita por Heliópolis. Criaturitas unas a pique de lipotimia -porque daba el Lorenzo de lo lindo- y muchas más parapetadas estratégicamente bajo la sombra para administrarse las fuerzas, que la semana es larga y esto acaba de empezar.

Son las cinco en punto y la primera Cruz de Guía conquista para las cofradías el asunto que más ha dividido y dado que hablar -Mercasevilla y EREs aparte- en las últimas semanas. Es la de la Sagrada Cena.

Y la verdad es que no rechina la estampa. El público arropa, mitiga, y el parasol que atraviesa la plaza de Regina a Puente y Pellón es tan elevado que obliga a los cientos de fotógrafos, entre profesionales, advenedizos y amigos de la foto histórica, a practicar un escorzo para que aquello quede en su punto. Título del plato fotográfico: Setas para La Cena a la hora del chocolate con churros.

Es en este punto cuando se escucha por un lado y por otro a las parientas aquello del "tira, tira, ahora, ésta es la buena, ésa es la foto, niño". Y el sufrido niño tirando de tarjeta de memoria para inmortalizar el momento.
Los hay más avispados que se suben a la escalera mecánica nada más ven aparecer el barco de La Cena y practican aquello del subeybaja fotográfico, disparando desde distintas alturas.

Creíamos que Las Cigarreras, que acompañan magistralmente al misterio, pasarían a redoble por el tramo, pero no, la banda fue sensible al momento bautizo monumental y, además, estaban allí las cámaras para dar fe del asunto, cámara caliente -vaya nombrecito- incluida. Eso sí, sin pretenderlo, el repertorio musical de la cofradía se convirtió en el mejor resumen del estreno semanasantero de las setas: el misterio pasó con la marcha Virgen de la Victoria -y eso hizo, salir victorioso del envite porque transitó majestuoso entre tanta amplitud-; el enorme en su pequeñez paso del Cristo de la Humildad y Paciencia saludó el lugar con el Libérame, Domine en boca de la Escolanía de los Salesianos de la Trinidad -"vaya por Dios, no era premeditado", se disculpaba cariacontecido su responsable-; y el palio de regusto más romántico de la jornada, el de la Virgen del Subterráneo, atravesaba la plaza a los sones de Virgen de la Paz como sellando un pacto de no agresión de las cofradías para con el Metropol Parasol y viceversa.

Entre paso y paso da tiempo a escudriñar las proporciones de las setas y a descubrir sus rampas y posibilidades como si de una Campana oficiosa y sin pay per view se tratara. Su graderío repleto de escalones, sus varios puntos estratégicos y sus banquitos y parquecito infantil, son idóneos para ver cofradías sin olerle la esencia al prójimo.

Por tener, la nueva Encarnación tiene hasta una tribuna con 210 sillas para mayores de 70 años y personas con movilidad reducida. Custodiada por un guardia de seguridad y acotada por vallas que, ojo, despintan -que se lo digan a más de una niña, que se fueron a casa con sus trajes estrenados-, la tribuna se estrenaba con siete personas sentadas y un mar de sillas blancas desocupadas, lo que contrastaba con el bullicio circundante.

De las primeras en ocuparlas son Lola Márquez, del centro de mayores de Valdezorras y residente en San Diego, y Esperanza Rodríguez, una de las víctimas del accidente de Muebles Peralta, que desde hace once años vive una tortura que la obliga a sentarse cada dos por tres. "Tengo más tornillos dentro que las setas", dice con toda la guasa del mundo. Y acto seguido se pone seria: "Hace 11 años que no salía a ver pasos...". Sólo por esto, bienvenida sea esta tribuna.

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