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Todos los caminos llegan a la ermita

La Virgen del Rocío recibió ayer el saludo de las 80 hermandades más antiguas que peregrinan hasta la aldea almonteña durante las presentaciones, el primer acto oficial de esta romería que congrega a miles de personas.

el 08 jun 2014 / 00:37 h.

Presentación de la hermandad de Villamanrique. / Foto: José Luis Montero Presentación de la hermandad de Villamanrique. / Foto: José Luis Montero (FOTOGALERÍA. Presentaciones de las hermandades en la ermita) El camino de Miguel no le ha llevado este año por las arenas, no ha refrescado sus pies en el Guadiamar a su paso por el Vado de Quema ni ha subido a los porches de Villamanrique junto a los bueyes de su carreta. El trabajo y las circunstancias personales han dejado otras huellas distintas a las que recuerdan la Raya Real y el paso por el Ajolí. Pero este otro sendero confluía, como siempre, como todo en su vida, ante la Virgen del Rocío, para presentarse con su hermandad de Benacazón en la puerta de la ermita, con su sobrino al hombro, como fueron sus hijos y todos los niños de la familia a lo largo de su vida. La Blanca Paloma atendía sus peticiones, enjugaba sus lágrimas y sonreía ante su acción de gracias. Como Miguel García llegaron ayer a presentarse ante la Virgen del Rocío miles de peregrinos con las 80 hermandades más antiguas nacidas en torno a esta devoción que no deja de crecer. Palmas, salves, sevillanas, plegarias y vítores, muchos vítores, para gritarle a la Virgen lo mucho que los rocieros la quieren. Presentación de la hermandad de Umbrete. Asistió la presidenta de la Junta Susana Díaz. / Foto: EFE - Julián Pérez Presentación de la hermandad de Umbrete. Asistió la presidenta de la Junta Susana Díaz. / Foto: EFE - Julián Pérez Aunque este primer acto oficial de la romería comenzó el viernes, con la presentación de las hermandades más recientes –y eso que la Macarena, Santiponce, Mairenta del Alcor y Málaga La Caleta celebraban sus bodas de plata–, ayer fue cuando el presidente de la hermandad Matriz, Juan Ignacio Reales, se dirigió a todas para darles la bienvenida: «Vivamos alegres y agradecidos esta nueva presentación y que la Virgen derrame sobre nosotros su Rocío del cielo». La Matriz ya estaba dispuesta, perfectamente colocada formando una u en la puerta del santuario, para recibir a todas las filiales. Las campanas de la espadaña que Antonio Delgado-Roig y Alberto Balbontín diseñaron para la puerta principal de este templo a la vera de la marisma comenzaron un repique casi sin descanso que terminaría por la noche, cuando se recogió el Rosario de Almonte, que recorre, con el Simpecado de la Matriz, las calles que mañana visitará la Virgen en su procesión. La banda municipal de Huévar del Aljarafe interpretó por primera vez la Marcha Real, después vendrían otras 80, cada vez que la carreta de un Simpecado subía la rampa que llega desde las arenas –ayer un tanto embarradas tras la llovizna de la noche y el riego para aplacar el polvo de minutos antes de comenzar este acto–  hasta la puerta de la ermita. Presentación de la hermandad de Triana. / Foto: José Luis Montero Presentación de la hermandad de Triana. / Foto: José Luis Montero Villamanrique, que madrugó para cruzar el Ajolí a las 7.15 horas y poder acicalar la carreta –con rosas rojas y blancas– para este momento, aguarda en la calle Almonte desde una hora antes de que comenzaran las presentaciones. Cuando concluye el rezo del Ángelus, los caballistas de la Primera y Más Antigua avanzaron por la calle Las Carretas, en esta particular Carrera Oficial que termina frente a la Virgen del Rocío, hasta la puerta conocida como de la concha. Los colaboradores de la hermandad de Almonte animaban a avanzar a todo el cortejo. Pero los peregrinos no querían apartarse del Simpecado. Todos a una subieron esa rampa que les acerca a la Gloria. Almonte rezó la Salve. Después de los vítores, incluido uno dedicado a la Matriz y otro a la Primera y Más Antigua, Villamanrique la cantó. Lo mismo ocurrió con Pilas. La Palma, en cambio, empezó rezando el Padrenuestro para terminar con la Salve. Una vistosa cruz de guía, en madera dorada con espejitos, abría el cortejo de Moguer. Todo el mundo esperaba el momento en el que los bueyes se pusieran de rodillas y esta vez fue rápido. Antes de que subiera la carreta, aún pisando la arena, el carretero, Francisco Cascarillas, les indicó con la vara el suelo y, poco a poco, Chato y Caminante doblaron sus patas delanteras hasta inclinarse en una reverencia ante la Virgen del Rocío. «Arriba siempre hay mucho follón, así que por seguridad de la hermandad y de la gente, he creído que era mejor que se pusieran de rodillas abajo», explicaba el boyero emocionado cuando concluyó la presentación de Moguer y los peregrinos le felicitaban por lo bien que había salido todo. Presentación de la hermandad de Albaida. / Foto: José Luis Montero Presentación de la hermandad de Albaida. / Foto: José Luis Montero Margaritas de muchos colores y gerveras exornaban la carreta de Sanlúcar de Barrameda. Los rocieros de esta filial llegaban arropando su carreta y tocando las palmas al compás: «¡Ole, ole!». Una almonteña de la representación comenta: «¡Qué bonito!» y le responde su compañera: «Con la piel de gallina». Es el turno de Triana. «Esta hermandad es incontrolable», se queja uno de los encargados de la organización de la Matriz. Los miles de peregrino que vienen con la primera filial de la capital, tras los caballistas, vienen agolpados en torno a la carreta de plata. Y todos suben la rampa cantando su «aquí estamos otra vez para decirte que te queremos», junto al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, y el alcalde de Triana, Curro Pérez, que venía peregrinando y en la puerta se encontró con su padre, Enrique Pérez Vigueras, subdelegado del Gobierno en Huelva. Y entonces, después de dos años, los peregrinos volvieron a subir rompiendo el férreo control almonteño. Esto sí que fue una locura pero de fervor desatado. Detrás pasaron las carretas tiradas por bueyes. Muchos volvían a los animales ante la puerta, pero ninguno subió la rampa. Con Umbrete llegaron las celebraciones. La hermandad cumplía 200 años y, desde la megafonía, la felicitaron: «Vivan los peregrinos de Umbrete, los que están y los que se fueron. Viva Umbrete y sus 200 años de peregrinación ante la Blanca Paloma. Enhorabuena por esos 200 caminos y por esa fe rociera que han sabido mantener de generación en generación. Enhorabuena por saber venir al Rocío con humildad y con fe». Palmas al únisono arroparon al cajón de la hermandad, exornado en el frontal con dos centros cónicos multicolores y con las espigas que llevaba el Miércoles Santo la Virgen de Regla, donadas por la hermandad de Los Panaderos con motivo de este bicentenario. Entre los peregrinos, Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía, que había decidido acompañar a esta hermandad con la que hizo su primer camino. Todavía quedaban los presentaciones históricas: las de las dos nuevas filiales junto a sus madrinas. Santa Fe, con el número 114, avanzaba en primer lugar por la calle Las Carretas, pero al llegar a la fachada de la ermita se echó a un lado para aguardar a su madrina, Coria, y presentarse juntas ante la Blanca Paloma. Los primeros vítores de esta nueva hermandad desataron las lágrimas de sus peregrinos en una explosión de júbilo y emociones. Casi dos horas después, llegaba Albaida del Aljarafe con su carreta de plata junto a Espartinas, su madrina, en un intenso día que sus peregrinos no querían que acabara. Pese a todos los esfuerzos y el nuevo formato, el acto de las presentaciones terminó ayer aproximadamente una hora después de lo previsto. Presentación de la hermandad de Gines. / Foto: José Luis Montero Presentación de la hermandad de Gines. / Foto: José Luis Montero

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