Local

Toque de queda en Cachemira

Al menos 12 personas murieron ayer en una nueva jornada de protestas en Cachemira, donde una ola de violencia que dura semanas se ha cobrado una treintena de vidas y ha llevado al Gobierno indio a imponer el toque de queda en todo el estado por primera vez en 13 años. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 09:48 h.

TAGS:

Al menos 12 personas murieron ayer en una nueva jornada de protestas en Cachemira, donde una ola de violencia que dura semanas se ha cobrado una treintena de vidas y ha llevado al Gobierno indio a imponer el toque de queda en todo el estado por primera vez en 13 años.

Desafiando el toque de queda, al menos 20.000 personas se sumaron a tres marchas de líderes musulmanes de la región en dirección a la Mezquita de Srinagar para acudir a los funerales de uno de sus dirigentes, abatido ayer por las fuerzas del orden.

Los dirigentes hicieron caso omiso de la orden de arresto domiciliario que les impuso ayer el Gobierno, mientras las fuerzas de seguridad se veían impotentes para contener a las multitudes en distintas localidades de todo el valle de Cachemira.

Fuentes policiales citadas por las agencias PTI e IANS dieron cuenta de diez víctimas mortales y hasta 70 heridos en las cargas de los agentes contra manifestantes tanto en la capital, Srinagar, y sus alrededores, como en las ciudades de Bandipora y Nagabas.

La violencia se extendió a Jammu, donde se concentra la minoría hindú de Cachemira.

Dos personas fallecieron y al menos 20 quedaron heridas al intervenir las fuerzas del orden para contener enfrentamientos entre musulmanes e hindúes en la localidad de Kishtwar, en Jammu, donde el Ejército tuvo que enviar refuerzos.

"La situación se estaba yendo de las manos y la Policía tuvo que abrir fuego", explicó una fuente oficial a la IANS.

El portavoz del Ejército indio, Anil Mathur, mantuvo también que el Ejército tuvo que disparar en defensa propia en Bandipora porque los manifestantes se habían lanzado al asalto de un cuartel, según la PTI.

Musulmanes e hindúes han protagonizado las protestas que comenzaron el pasado junio tras la adjudicación de unos terrenos al comité del Templo de Amarnath para acomodar a los miles de peregrinos que acudirán el próximo día 16 al santuario hindú, ubicado a 3.888 metros de altura.

La concesión soliviantó a la mayoría musulmana cachemir, que se lanzó a las calles y llevó a las autoridades a revocar su decisión a primeros de julio, para conseguir sólo que fueran los hindúes los que tomaran el testigo de las protestas.

Tras semanas de bloqueo del estado, los comerciantes de fruta cachemires, apoyados por los dos principales partidos separatistas de la región, emprendieron ayer una marcha hacia la frontera con la Cachemira paquistaní con la intención de dar salida a sus productos.

Seis personas murieron ayer por disparos de los agentes contra los 30.000 manifestantes que tomaron la carretera de Srinagar hacia la capital de la Cachemira paquistaní, Muzaffarabad.

La muerte del líder separatista Sheikh Abdul Aziz, de la Conferencia Hurriyat, hizo temer a las autoridades que la violencia se desbordara hoy y las llevó a imponer el toque de queda general por primera vez en 13 años.

La India y Pakistán se disputan Cachemira desde la independencia y partición de los dos países, en 1947.

El Gobierno indio se ha demostrado incapaz de contener la ola de violencia en la región en una semana clave en que las dos naciones celebran su independencia, en vísperas de la gran peregrinación hindú al templo de Amarnath.

El ministro del Interior, Shivraj Patil, que el pasado fin de semana viajó a Cachemira a intentar apaciguar los ánimos, convocó hoy una nueva reunión con representantes de todos los partidos políticos a la que no comparecieron algunos interlocutores cachemires clave.

De hecho, el Shri Amarnath Sangarsh Samiti (SASS), que agrupa a una treintena de grupos hindúes promotores de las protestas de su comunidad, llamó a nuevas manifestaciones mañana y pasado para reivindicar sus derechos y celebrar la independencia de la India.

Para hoy, el primer ministro, Manmohan Singh, ha convocado también una gran reunión con líderes de todas las formaciones políticas, semejante a la celebrada la semana pasada sin más resultado que un llamamiento general a la calma.

El ministro de Exteriores paquistaní, Mahmud Qureshi, por su parte, expresó hoy sus condolencias a la Conferencia Hurriyat por el "martirio" de Aziz, condenó el "excesivo uso de la fuerza" de los agentes indios y reafirmó el "total apoyo moral y diplomático de Pakistán a la causa cachemir".

  • 1